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Las jubilaciones del ‘baby boom’ dejan muchas profesiones sin relevo generacional

En los últimos 20 años el peso de los jóvenes de 16 a 34 años en la población en edad de trabajar ha disminuido drásticamente en España: del 43% al 30%, lamenta Josep Oliver, catedrático emérito de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), y ello ha acentuado una tendencia que se venía apreciando tiempo atrás: un creciente conjunto de profesiones se quedan sin relevo generacional. Les faltan aprendices que den el testigo a los empleados de mayor edad que se están jubilando.

En algunas áreas de actividad, como en el transporte, es un problema que trasciende al país, incluso a Europa, donde se calcula que faltan unos 400.000 conductores de camiones pesados en la actualidad, según Juan José Gil, secretario general de la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España, Fenadismer. También en el campo, cuyos trabajadores cuentan con una edad media que supera los 55 años en la Unión Europea y apenas un 6% de ellos tienen menos de 35 años en España, acorde con los datos de las Juventudes Agrarias de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG).

Faltan operadores de camión, agricultores, ganaderos, pescadores y un largo número de profesionales de oficios tales como tornero, maquinista, fresador, encofrador, fontanero, matricero, caravistero, ferrallista, instalador… sobre todo en la industria y la construcción, donde hay poca oferta de formación profesional para satisfacer la demanda de las empresas, en palabras de Javier Blasco, director de Adecco Group Institute.

Pero también se necesitan jóvenes matemáticos y médicos que puedan suceder a los colegas de la generación del baby boom que se están jubilando y se jubilarán próximamente. “Tenemos una profesión envejecida, con una media de edad que supera los 50 años. Si entre 2015 y 2000 se retiraban 600 médicos al año en Barcelona, entre 2021 y 2026 serán 1.200. Y no contamos con recambio generacional, como sucede en el resto de España”, asegura Marc Soler, director del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona (COMB), que agrega que en su colegio, el 60% de las plazas vacantes no se cubren y cuando lo hacen es con facultativos extranjeros. “De cada cien médicos colegiados en 2021, el 46% son nacidos en el exterior”, añade. En este caso, el problema no es de falta de vocaciones, que las hay, sino de escasez de plazas universitarias y de formación especializada, explica Soler. Aunque, en resumen, no hay médicos de familia, anestesistas, psiquiatras, dermatólogos y pediatras, sobre todo, para satisfacer las necesidades sanitarias actuales.

Tampoco docentes de matemáticas. “De aquí a cinco años se jubilarán casi el 50% de los profesores permanentes de las universidades, sobre todo catedráticos”, explica Francisco Marcellán, presidente de la Real Sociedad Matemática Española, “y el reemplazo a corto plazo está siendo dramático”.

En el transporte, los 350.000 ocupados tienen una edad media que supera los 50 años. “Tres de cada cuatro se jubilarán antes de cinco años. Y apenas contamos con un 7% de jóvenes para sustituirlos porque se trata de un trabajo duro, penoso, que conlleva muchos días fuera de hogar, algo que no es atractivo para las nuevas generaciones”, avisa Juan José Gil.

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Los operadores de camión anuncian huelga para los días previos a la Navidad. Quieren mejorar sus condiciones laborales y que no se les obligue a realizar la carga y descarga de mercancía. Hasta ahora para afrontar la carencia de operadores de camión, cifrada en 15.000 conductores, las empresas han ido al exterior a contratar a rumanos, búlgaros, marroquíes, ecuatorianos…., de manera que una cuarta parte de los transportistas son extranjeros, señala el secretario general de Fenadismer. Pero como la demanda crece en toda Europa, cada vez resulta más difícil reclutarlos. “Ante la escasez de conductores, se están ofreciendo mejoras retributivas”, dice.

Porque una parte de las razones que explican que los jóvenes no quieran trabajar tanto en este sector como en la agricultura, la ganadería o la pesca es que los salarios que obtienen no están a la altura de la dureza del empleo. “El salario es uno de los motivos, por descontado, pero no el único”, sostiene Oliver. Juegan un papel más relevante, en su opinión, los aspectos sociológicos. España arrastra históricamente un desajuste entre el sistema educativo y las necesidades productivas. “Esperemos que esto cambie con la Ley de Formación Profesional que tramita el Gobierno, aunque los efectos no los veremos hasta dentro de una década”, agrega el catedrático de la UAB. Las familias prefieren que sus hijos tengan estudios universitarios y los poderes públicos hasta ahora no se han tomado en serio la Formación Profesional, afirma.

A este elemento de fondo, se añade que las nuevas generaciones cada vez son menos abundantes, hemos pasado de una natalidad de más de 700.000 niños al año a finales de los años setenta a los 400.000 de 2005, con lo que nos encontramos con que hay tres millones de jóvenes que no están en el mercado de trabajo. Y si a ello unimos que atravesamos un proceso de digitalización de la economía y que la gente joven tiene poco sesgo hacia los estudios técnicos, los llamados STEAM (ciencias, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas), no solo está comprometido el relevo generacional, sino el cambio tecnológico del país, advierte Oliver.

Todos estos oficios pueden tener continuidad gracias a la inmigración, aunque en los puestos tecnológicos la competencia internacional lo hará mucho más difícil, opina el catedrático de la UAB. De no ser así, dice, las empresas tendrán que dar una respuesta doble a las profesiones que carecen de relevo generacional: mecanizar los puestos de trabajo y ofrecer salarios más altos. “En los sectores del metal, la construcción o el textil ya se están apreciando subidas salariales”, indica. Y en otros, como el del transporte, a lo mejor se acelera la digitalización, el vehículo autónomo, coincide Javier Blasco.

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Inflación salarial

Algo similar puede suceder en la construcción, que se sigue viendo como un sector penoso y de salarios bajos, aunque los sueldos realmente estén por encumbre de muchas otras actividades. Es un problema de imagen”, añade el responsable de Adecco. Así lo confirma Pedro Fernández Alén, presidente de la Confederación Nacional de la Construcción: “Desde la crisis de 2007 el sector no resulta atractivo para los jóvenes. No hemos sabido transmitir que la construcción cambia para bien la vida de las personas; es un sector en el que se paga un 30% por encumbre del salario mínimo y con jornadas más cortas”. Y donde la necesidad de mano de obra para responder a las infraestructuras que se derivarán de los fondos europeos se estiman en 700.000 profesionales. Con una edad media de 46 años, la construcción no logra que las plazas de formación profesional que ofrece la Fundación Laboral se llenen. “Necesitamos un cambio de imagen”, dice Fernández Alén. Y añade que capataces y encargados de obra son las figuras más demandadas, que pueden cobrar 50.000 euros anuales.

La falta de movilidad geográfica y la eshogar rotación entre sectores son otros de los factores que dificultan la sucesión en muchas profesiones, según Blasco. “Hay que hacer una labor de sensibilización para conseguir que atraigan a los jóvenes porque van a seguir haciendo falta profesionales. Tenemos que lograr que la gente trabaje en esos sectores y esto solo pasa por la inflación salarial”, asevera.

Puestos de difícil cobertura

Cada trimestre el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) elabora un catálogo de los puestos de difícil cobertura en España, posiciones para las que no se encuentran candidatos y por lo que se recurre a contratarlos fuera del país. Los trabajadores navales pueblan estos listados por provincias. Se necesitan en todas ellas desde maquinistas a pilotos, desde frigoristas a mecánicos, desde cocineros a marineros o engrasadores y bomberos. Además de personal naval, faltan deportistas profesionales y entrenadores deportivos.

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