La ciudad hispano-musulmana de Alcalá la Vieja, a un paso de ser BIC

Ubicación de la fortaleza

Alcalá

de Henares

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ALCALÁ

DE HENARES

Yacimiento

Alcalá La Vieja

Fuente: Ayuntamiento de Madrid / ABC

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Ubicación de la fortaleza

Alcalá

de Henares

ALCALÁ

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DE HENARES

Yacimiento

Alcalá La Vieja

Fuente: Ayuntamiento de Madrid / ABC

Los yacimientos de Alcalá la Vieja son propiedad del Ayuntamiento alcalaíno, cuyo alcalde es Javier Rodríguez Palacios. En 1988 ya se inició la incoación de esa protección, pero quedó sin resolver. Los trabajos realizados en la zona por el Gobierno local y por la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid han permitido un conocimiento mucho más preciso de este yacimiento arqueológico y a ponerlo en camino de convertirse en BIC.

«Esta declaración es fundamental, porque se regulariza una situación administrativa, y reconoce los valores históricos, arqueológicos, culturales y paisajísticos de este paisaje cultural», explica Diana Díaz del Pozo, concejal de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Alcalá de Henares.

De hecho, antes incluso de que el Consejo de Patrimonio aprobara por unanimidad la incoación del expediente BIC, la Consejería de Cultura ya había publicado, el 15 de noviembre, una resolución en el mismo sentido. Con ella, explica a ABC la consejera de Cultura, Marta Rivera de la Cruz, «queremos proteger uno de los asentamientos documentados del siglo X al XIV más importantes de la región, y poner de manifiesto el compromiso del Ejecutivo regional con la conservación del patrimonio cultural en general y con el pasado andalusí de la Comunidad y de Alcalá de Henares, en particular».

Desde el Bronce

La declaración abarca tanto el yacimiento de Alcalá la Vieja como los aledaños cerro Malvecino y cerro del Ecce Homo, al suroeste de Alcalá de Henares. Hay noticias de asentamientos en la zona desde la Edad de Bronce y la Edad del Hierro, pero también se identifican estructuras de época romana –edificios de arquitectura monumental, sobre los que se levantó luego la ciudad musulmana– y la visigoda.

Pero su mayor desarrollo se produjo en la época hispano-musulmana, cuando fue conocida como Q’alat abd-al-Salam. Era una fortificación sobre cuyo origen hay varias referencias escritas: una, la que se hizo relativa a la conquista del lugar en el año 825 por las tropas de Faradj, señor de Guadalajara, que se apoya además en la localización en la zona de un dírham de la época; otra, más secundada por los expertos, la cita el escritor Ibn ‘Idari, una batalla en sus cercanías, desastrosa para los cristianos, en 1009.

La ciudad de Qal´at Abd Al-Salam se compone de una alcazaba –un núcleo fortificado donde se encuentran la residencia del gobernador, la guarnición militar, la mezquita mayor y algunas infraestructuras importantes– y una serie de medinas o barrios periféricos, donde residiría la mayor parte de la población. El paisaje cultural, indivisible, se completa con los yacimientos del cerro de Malvecino, el punto desde el que históricamente se ha atacado con maquinaria de guerra la alcazaba; y el del Ecce Homo, donde según la leyenda se mostró el apoyo divino a los conquistadores toledanos que tomaron la fortaleza en el año 1118.

La historia cuenta que el lugar no pasó a manos cristianas hasta cien años después, y fue el Arzobispo de Toledo, Bernardo de Sedirac, quien conquistó la ciudad. Muchos de los restos que aún se conservan, como la torre albarrana, son de época medieval cristiana.

Tras años en el olvido, las primeras excavaciones arqueológicas en la zona se realizaron en 1969, y se continuaron en los 80, ambas con la misma conclusión: aquella fue una importante fortaleza islámica en la Marca Media de Al Andalus. Llegó después un nuevo periodo de silencio, que se prolongó hasta 2003, en que el Ayuntamiento alcalaíno retomó las actuaciones en colaboración con la Comunidad de Madrid. Unos trabajos que se intensificaron desde 2009 y llegan hasta la actualidad.

La alcazaba está situada sobre una elevación natural, y cuenta con muralla con varios lienzos y torreones, trazada en la fase andalusí, y de la que se han recuperado materiales cerámicos. Junto a la puerta principal de la fortaleza, se localizaron también cerámicas con decoración pintada y de estilos ‘verde y manganeso’ y ‘cuerda seca’, típicos andalusíes. Y, fiel a su pasado militar, también se localizaron en el entorno de Alcalá la Vieja cuatro proyectiles de piedra, de entre 30 y 60 kilos de peso, que ahora están depositados en el Museo Arqueológico y Paleontológico Regional.

Los cuatro principales

Esta antigua ciudad andalusí, localizada y fosilizada en el tiempo desde prácticamente la Edad Media, es de las cuatro más importantes de la región, junto a las de Calatalifa, Talamanca del Jarama y Madrid.

El enclave está incluido dentro de la red de yacimientos visitables de la Comunidad de Madrid. Y en él se han realizado distintas actuaciones en los últimos años: la consolidación de las torres que flanquean la puerta de entrada a la fortaleza, la restauración de una de las torres y del lienzo occidental de la muralla, la colocación de paneles explicativos y la musealización del yacimiento, con la reproducción del arco de la puerta principal.