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Opinión

Big Tech, a la caza del mercado financiero

Mediante la conjugación de soluciones ingeniosas y tecnología de punta, este subsector presenta un ecosistema cada vez más robusto que termina, a la postre, en más y mejores opciones para los clientes del sistema financiero.

En este contexto, entra a escena un tercer jugador de gran relevancia para el futuro del mercado financiero y su desarrollo en el mediano plazo: las Big Tech. La digitalización forzada por la pandemia llevó a los gigantes tecnológicos a tener una solidez todavía mayor que la mostrada anteriormente y eso, a su vez, les abrió sus horizontes de posibilidades para expandirse todavía más, con el diseño de distintos servicios en diferentes industrias; particularmente, en el mercado financiero.

Nuevos servicios financieros

Las Big Tech (incluyendo tanto a GAFAM como a las BAT) han sabido capitalizar sus avances tecnológicos, así como sus abanicos enormes de usuarios (leales y cautivos por igual), para ofrecer soluciones cotidianas que van más allá de la naturaleza misma de las empresas. Al contar con arquitecturas digitales vastísimas, con frecuencia es más sencillo que ellas misma diseñen productos y servicios al interior de sus plataformas para atender necesidades de sus clientes.

Poco a poco incursionan más en la oferta de servicios financieros: desde sistemas de pagos a largo plazo (como el modelo BNPL) hasta el otorgamiento de microcréditos flexibles y sencillos, propios del sector fintech, para usuarios que ya no deben salir de los productos de las Big Tech para obtenerlos. Estas compañías están a la caza del mercado financiero y tienen las herramientas para hacerlo con éxito: capital, usuarios y capacidad tecnológica.

Cambios en las tendencias

Pero las búsquedas de expansión de las Big Tech no tienen nada más que ver con sus intereses. Se trata de una lectura exhaustiva y prístina de cambios en las tendencias actuales de los consumidores; particularmente, cuando de formas de pago se trata. A raíz de la pandemia también hubo un viraje enorme hacia el comercio electrónico y hacia el uso de métodos de pago flexibles, sencillos, eficientes y, sobre todo, que no requieran necesariamente de la burocracia e institucionalidad de la banca tradicional.

Las Big Tech quieren aprovechar sus capacidades para atender ese tipo de necesidades de sus usuarios, sobre todo en la medida que esos tipos de pago puedan ser incorporados a paqueterías de servicios completas de sus plataformas. Es decir, privilegiar la falta de fricción entre cambios de empresas y servicios y ofrecer todo junto para la comodidad de sus usuarios.

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Beneficios para la población

Los beneficios para la población de la incorporación de servicios financieros a las Big Tech—y vice versa, sobre todo a partir de alianzas estratégicas entre sectores—van más allá de mera comodidad y practicidad; mismos que pueden ser potencializados en momentos de complejidad económica, como la que supone el contexto actual de altas presiones inflacionarias para las personas en general.

En momentos difíciles es importante poder contar con instrumentos financieros de fácil acceso y flexibilidad de pago para sortear los obstáculos que presenta tener una cartera mermada por alzas de precios. El viraje hacia nuevas tendencias de pagos impulsadas por tecnología de punta podría ser la salvación necesaria para sobrevivir una crisis compleja.

Nota del editor: Sebastián Medrano Gallo es economista y especialista en temas fintech. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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