Amedy Coulibaly y el peligro de no exterminar el calderonismo

Esta semana el reciente caso de la presunta agresión contra la alcaldesa electa de Álvaro Obregón, que fue un vulgar montaje, dónde la protagonista, una cuestionadísima mujer de nombre Lía Limón, fue capaz de llegar al límite y provocar que la agredieran físicamente para sus fines políticos y los de su grupo (el calderonismo); resulta evidente la urgencia de aniquilar dicho grupo de la vida pública mexicana, pero inexplicablemente continúa con vida.

La toma de protesta de Margarita Zavala en la Cámara de Diputados debería provocar alarma a todos, no por la señora ‘per se’, sino por todos los intereses que la rodean.

En Francia, el confiar demasiado en un personaje dañino a todas luces, cómo el terrorista islámico radical Amedy Coulibaly, (nacido en 1982) quien fue tratado sistemáticamente con una condescendencia que, a la postre, le costó a Francia y a toda Europa un daño indeleble.

Desde niño participó en robos y delitos menores. En 2005, fue detenido por un asalto a mano armada a un banco y conoció a Chérif Kouachi, miembro de un grupo terrorista yihadista, quien desde ese momento se convertiría en su guía.

Tras salir y volver a entrar a prisión por venta de drogas al menudeo, en 2006 fue contratado por una empresa embotelladora de refrescos, ya que su comportamiento parecía prometer una reinserción social exitosa, hecho que lo llevó a visitar en un acto público, junto con una decena de jóvenes en parecidas circunstancias al presidente Zarkozy.

En 2010, lo detienen por su participación en el intento de evasión de la justicia del terrorista Smain Ait Ali Belkacemi, cuándo se descubrieron armas de alto poder en un cateo a la hogar de Amedy Coulibaly.

Para 2014 lo liberan con una pulsera magnética, misma que absurdamente le fue retirada a los pocos meses. No sólo el joven NO se había reformado, sino que fue parte de los autores intelectuales de los mortales atentados de 2015, incluidos los de un mercado de comida ‘Kosher’ y del semanario satírico CHARLIE HEBDÓ; abatido por la policía, se difundió un video póstumo dónde mencionaba se miembro activo de ISIS/DAESH (Estado islámico), a la par de adjudicarse todos los atentados en la Ciudad Luz acaecidos durante esos días negros; Amedy Coulibaly jamás se reformó, cómo quiso engañarse el Estado francés, sino todo lo contrario.

El caso anterior nos lleva a reflexionar el porqué el gobierno del Presidente López Obrador no ha tocado ni con el pétalo de una rosa a un personaje a todas luces tan peligroso cómo Felipe Calderón, que lejos de disfrutar de la vida, cómo TODOS los expresidentes en la Historia de México lo han hecho, continúa desde su oscuro, y de muy más gusto, búnker en la Colonia Las Águilas de la CDMX, conspirando contra el actual gobierno, y con la obsesión enfermiza y disparatada de regresar a la presidencia; el camino del lopezobradorismo ha sido demasiado largo y sinuoso, lo cuál podría llevar a pensar que Calderón (teniendo por seis años al CISEN a su total servicio) puede sea información delicada acerca de personajes cercanos al movimiento encabezado por el tabasqueño, incluso de altos personajes de agencias del vecino del norte, lo que equivaldría a una ‘póliza de seguro’ para el, porque resulta inverosímil, que los brazos derecho e izquierdo en cuánto a seguridad pública en ese sexenio espurio se refiere, están ya en cárceles de máxima seguridad, tanto en México cómo en los Estados Unidos, y su jefe inmediato superior, cómo si nada sucediera al respecto, moviéndose cómo el huevo de la serpiente, en los barrios más ricos (y porque no decirlo: indolentes e ignorantes políticamente) del país, uno de los cuales se encuentra en el distrito ganado por la señora Zavala de Calderón.

No vaya a ser, que debido a la tibieza, tanto del gobierno de México cómo el de los Estados Unidos, el calderonismo resurja de las cenizas en las que se ha visto reducido, y tomando el ejemplo del terrorista Amedy Coulibaly en Francia, dicho grupo, que ha caEstados Unidosdo a México un daño inimaginable, vuelva a provocarlos, reduciendo a un movimiento verdadero, profundo y honesto, cómo lo es la 4T, a un simple slogan sexenal, cómo los ha habido en cada administración federal, y que no muchos han terminado en una auténtica burla para todos los mexicanos.