Una alegría de rebote

UNA ALEGRÍA DE REBOTE

¿La suerte se provoca o simplemente llega? La Real, cuando la buscó, no la halló… Y sin embargo en el ataque más insospechado, le llegó. Así es la querida, inexplicable y caprichosa. Tras un mano a mano clamoroso, un zurdazo centrado, un tropezón en la frontal y varias acciones de esas que suscitan un unánime uy en la grada, el gol de la victoria llegó de rebote. 

Barrenetxea, al borde del descanso, disparó raso desde dentro del área, parecía un tiro inocente y sin peligro, fácil para Cárdenas, que ya hincaba rodilla dispuesto a blocar, pero Duarte desvió el balón con la bota y convirtió una bala de fogueo en una bomba nuclear. Hara-kiri granota.

Lo cierto es que el partido lo empezó mejor el Levante, que tuvo una clarísima en un centro raso de Clerc (Cantero y Roger, a centímetros de empujarlo), pero con el paso de los minutos fue despertando la Real hasta hacerse dueña y señora del choque. Toda la igualdad del primer capítulo escaseó en el segundo. 

Tras el paso por vestuarios sólo existieron los donostiarras, que echaron en falta algo más de Isak para cerrar la contienda y no acabar con el agua al cuello. El Levante rozó la gloria en una indecisión defensiva que Roger estrelló en el lateral de la red. Sorloth, el tanque noruego de 1,94 metros, debutó en la recta final. Y pudo marcar… Pero se escurrió.

Victoria balsámica de la Real, que se coloca quinta empatada con el Atlético. Segundo partido consecutivo de los de Alguacil, además, sin encajar. El Levante, tras tres jornadas, aún no conoce la victoria. Los puntos se quedan en San Sebastián, que se lleva una alegría de rebote.

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