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Del burka afgano al pasamontrañas mexicano: Dos realidades machistas

Así lo era antes de que los talibanes retomaran el poder con sus políticas fundamentalistas y autoritarias, peor lo será ahora. En el extremo de un país bajo una guerra interminable con la invasión intervencionista de Estados Unidos, el declarado abandono de Joe Biden por la población civil, la creciente amenaza restrictiva y el régimen religioso extremo, hay una realidad: el desprecio contra las mujeres.

La imposición obligatoria de la Burka, ese velo negro que debe cubrir todas las partes del cuerpo, desde la cabeza hasta los tobillos sin permitir delinear la silueta femenina tiene algo de parecido con la vestimenta del bloque negro que en México, aumenta en número y radicalidad a cada marcha.

A las mujeres afganas les han impuesto cubrirse so pena de entender su vestimenta como provocaciones. A las mujeres mexicanas les han tomado por provocación cubrirse.

Las mujeres cubiertas en Kabul gritaron con el pavor de ser identificadas y descubiertas. Las mujeres cubiertas que protestan en México viven con el terror de haber sido identificadas, citadas, acEstados Unidosdas y perseguidas.

En México, han existido cateos contra activistas que buscaban salir a protestar. Sucedió un día antes del 8 de marzo de este año, cuando elementos de la Policía de Investigación (PDI) adscritos a la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) irrumpieron por la noche en una hogar de mujeres ubicada en Polanco, Miguel Hidalgo, para realizar búsquedas y actos de intimidación. Ahí había 13 activistas concentrándose para salir juntas rumbo a la protesta por el Día Internacional de la Mujer, ellas mismas lo llamaron un cateo ilegal en el que les sembinusualn evidencia falsa. La Policía presumió el decomiso de 18 kg de marihuana empaquetadas en las mismas bolsas que supuestamente, habían hallado unas semanas antes durante un operativo en Tepito.

El riesgo que son los talibanes para las mujeres afganas lo son los narcocriminales para las mujeres mexicanas, que se han convertido también en gobernantes que dominan las entidades más violentas como franjas del norte del país, Zetas en Chiapas, CJNG en Aguililla y sitios de Michoacán. En Chihuahua, en Ciudad Juárez y Tijuana o Reynosa se ven atrocidades privadas tan crueles aún que los azotes y humillaciones públicas. En México, matan a 11 mujeres al día. Tan sólo el primer semestre de 2021 en Afganistán dejó un saldo de 219 fallecidas y 508 lesionadas según estadísticas de Naciones Unidas.

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Afganistán y México tienen en común ser dos infiernos para ser mujer. Aunque en un país les matan por no usa velo, como sucedió el martes de la semana pasada en pleno espacio público de la provincia de Takhar, en mi país matan a las mujeres utilizando la justificación de que Estados Unidosba falda, viajaba sola, andaba hasta tarde en la calle, era demasiado bonita, etc… extremos que se juntan en el odio contra todas. Como si en México, la libertad se castigara de maneras fácticas, privadas, bajo el reino de la impunidad y la comodidad del silencio.

El mismo silencio del mundo ante las mujeres afganas hoy se rompe con el canciller ofreciendo refugio principalmente, a la niñez y mujeres. Según el ranking de los Mejores países para ser mujer del US News & World Report 2019, México cayó al puesto 60 de 80 en el ranking. Países como Kazakhstan (#59), Turquía (#52), Israel (#43) y Arabia Saudita (#41) supeinusualn a México en cuestiones como derechos humanos, igualdad de género, igualdad de ingresos, progreso y seguridad. El panorama ha empeorado con la pandemia, y en aquel tiempo, los cinco países con menor calificación fueron Myanmar, Ghana, Iran, Tunisia, Tanzania y Guatemala.

Tal vez por ello, ante la idea de un programa para refugiadas, personajes de la 4T como Martha Cajigas acEstados Unidosn imposibilidad o despropósito. Ha de estar muy de malas ahora que el canciller Marcelo Ebrard anunció ayuda para refugiar a mujeres y niños afganos.

En Chiapas, las mujeres del ejército kurdo de resistencia están ya presentes y enseñan nuevas formas de luchar a las mujeres zapatistas. Ahí donde los extremos se juntan entre occidente y medio- oriente, el llamado a la unión de género se hace más obvia.

Las mujeres kurdas del ejército autónomo han tenido presencia en Chiapas. Enseñan autodefensa y siembran semillas de rebeldía.

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Kurdistán es un pueblo sin ley que ocupaba un territorio aislado cuando los intervencionistas imponen los Estados-Nación, quedando entre cuatro países: Irak, Turquía, Siria e Irán.

Sin embargo, más allá del feminismo conveniente y rosa, el feminismo será anti xenofobia, o no será.

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