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El reencuentro de viejos amigos, socios para el futuro
El pasado 12 de junio, unos 150 representantes de empresas, cámaras de comercio y embajadas europeas respondieron a la invitación de la Cancillería y de la Delegación de la Unión Europea (UE) a conocer mejor el Plan Sonora y las oportunidades de inversión que ofrece. El Plan Sonora, basado en el desarrollo de ecosistemas de innovación y de energías renovables, forma parte de la Agenda de Inversión que se presentó en la Cumbre de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de la UE y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), celebrada en Bruselas los pasados 17 y 18 de julio. Esta Agenda se enmarca en el Global Gateway, la estrategia de cooperación desarrollada por la UE para acompañar a sus socios hacia la triple transición verde, digital e inclusiva.
Esta agenda, que incluye una primera lista de 135 proyectos con cada país de la Celac o con la región en su conjunto, ilustra el carácter concreto de este gran reencuentro entre amigos que fue la cumbre después de ocho años de la última edición. La Alianza Digital, que se lanzó con 20 países de la Celac, entre ellos México, es otro ejemplo de ello.
En ocasiones se dice que la UE perdió interés por América Latina y el Caribe, pero el apoyo brindado durante la pandemia, ya sea a través de decenas de millones de vacunas o mediante la inversión masiva de la UE en la región (superior al total de la inversión europea en China, Japón e India), demuestran lo contrario. No obstante, tanto la UE como la Celac habían estado absorbidas por crisis internas o en su vecindario. Era momento de que esos viejos amigos se reencontraran: no para hablar de los viejos tiempos, sino para definir una agenda común hacia el futuro, involucrando también a las organizaciones de la sociedad civil, las juventudes, los gobiernos locales y el sector privado, que tuvieron sus propios encuentros en el marco de la cumbre.
Los 60 países de ambos bloques, que representan más de mil millones de habitantes y un tercio de las Naciones Unidas, se reunieron en Bruselas al más alto nivel, con la destacada asistencia de 50 jefas y jefes de Estado o de gobierno. Más allá de las diferencias ideológicas, todos acudieron y se hablaron como amigos: en un ambiente cordial y relajado, pero también con franqueza y gusto por el debate, uno de los muchos rasgos que unen a nuestros pueblos en ambos lados del Atlántico. Al final, se acordó una declaración sustancial que demuestra que sabemos superar nuestras diferencias para llegar a acuerdos y a un lenguaje común sobre los grandes temas de la agenda birregional e internacional, sin excepción.
La Cumbre UE-Celac es apenas un punto de salida, con una hoja de ruta de nuevas reuniones e iniciativas hasta una nueva cumbre birregional en 2025. En ella también se expresó la voluntad compartida de finalizar los acuerdos globales pendientes con el Mercosur, Chile y México.
Gracias a la participación activa de la canciller Alicia Bárcena, quien dedicó su primer viaje oficial a Europa, México tuvo un papel muy relevante en la cumbre. El llamado de la canciller, durante la sesión de clausura de la mesa redonda del sector empresarial, a que América Latina deje de ser una simple “cantera de recursos naturales”, hizo eco al discurso de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien expresó la necesidad de que el valor agregado creado en la región se quede aquí y beneficie a las comunidades locales.
Como lo expresó el presidente en turno de la Celac, el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, la cumbre de Bruselas fue “histórica”. Y como añadió el mandatario argentino, “nunca se habían encontrado tantos acuerdos en tantos puntos” en una reunión entre ambas regiones. Fue una refundación de nuestra asociación, no para ser viejos amigos obligados a reunirse de vez en cuando, sino “socios de elección” potenciando el cambio y forjando juntos un mejor futuro.

