Nacional
Sin maquillaje / [email protected] / 15 de julio de 2023
CURIOSIDAD
Soy Mercedes Zavala Gómez del Campo, le escribo en nombre de mi mamá (Mercedes Gómez del Campo Martínez), quien es asidua lectora de su columna desde hace muchísimos años. Ella no usa correo electrónico (aunque sí WhatsApp) porque dice que no se le da la tecnología… tiene 94 años. Me pidió que le pidiera que, por favor, publicara otra vez una columna en la que hablaba sobre algunas obras de Mozart que servían para disminuir las convulsiones o ataques epilépticos y, otras más para incrementar –creo– la cantidad de leche a la hora de ordeñar a las vacas.
Desconozco de cuándo fue esa columna, según ella más de diez años. Ojalá y pudiera localizarla y, si no la publica otra vez, ojalá y se la pudiera enviar por este mismo medio para que yo se la dé.
Agradezco que se tome el tiempo de leer estas líneas y le agradeceré muchísimo si se toma la molestia de buscar y encontrar esa curiosidad sobre la música de Mozart (no recuerda qué obra) que mi madre menciona.
R. Doña Mercedes, es un placer buscar e investigar para su mamá. Le comparto que no encontré la columna de referencia, aunque la recuerdo y aquí tiene usted (para su mamá) esto:
Existe la creencia de que la música de Wolfgang Amadeus Mozart, en particular su Sonata para dos pianos en re mayor (K. 448), puede tener un efecto positivo en las personas con epilepsia. Esta idea se basa en un estudio publicado en 1998 por el neurólogo Dr. Francis Rauscher y sus colegas, que sugirieron que escuchar la música de Mozart podría mejorar temporalmente las habilidades de razonamiento espacio-temporal, conocido como el “efecto Mozart”.
Hay que tener en cuenta que el efecto Mozart se centra principalmente en las habilidades cognitivas y no se ha demostrado específicamente que tenga un impacto terapéutico directo en la epilepsia
En cuanto a las vacas y la producción de leche, le comparto que hay algunas pruebas de que hacer que las vacas escuchen a Mozart puede motivarlas a producir más leche. Un estudio realizado por la Universidad de Leicester en 2001 encontró que las vacas que escuchaban música clásica durante 30 minutos antes de ordeñar producían un promedio de tres litros más de leche por día que las vacas que no escuchaban música. Los autores del estudio creen que la música ayudó a reducir los niveles de estrés de las vacas, lo que a su vez condujo a un aumento de la producción de leche.
Entre otros, un estudio de la Universidad de Pretoria en Sudáfrica encontró que las vacas que escuchaban música clásica durante 12 horas al día producían un promedio de dos litros más de leche al día que las vacas que no escuchaban música. Los autores del estudio creen que la música ayudó a mantener a las vacas tranquilas y relajadas, lo que llevó a un aumento en la producción de leche.
Se ha demostrado que también este tipo de música ayuda a aumentar la producción de leche en las vacas:
Música relajante, como la música clásica o los sonidos de la naturaleza.
Música con un ritmo moderado.
Música que no es demasiado alta ni demasiado silenciosa.

