Nacional
Los candados de Claudia
Antes de dejar el gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum dejó a todos sus funcionarios con las manos atadas, incluso a los alcaldes de su partido, a quienes advirtió que no serán ellos quienes decidan a sus sucesores, pues lo hará ella.
El día que anunció que pediría licencia definitiva para buscar la Presidencia de la República, Sheinbaum dijo, delante de todo el mundo, que en su lugar se quedaría Martí Batres, pero que no estaría solo.
Que lo acompañarían en su administración Omar Hamid García Harfuch como jefe del gabinete de Seguridad y Justicia, y Luz Elena González como secretaria de Finanzas, para hacerse cargo de los dineros.
En lo que pareció una lectura de cartilla, la exjefa de Gobierno advirtió que Batres no estaba autorizado a hacer ningún movimiento en el gabinete, pues le dejaba a los mejores elementos para que le ayudaran con el paquete.
Sin otra opción, Martí se tragó la humillación pública, pero no se quedó con las ganas de intentar demostrar quién manda. Bueno, quién supuestamente manda; pocos le hacen caso.
Tan no lo toman en serio que en más de una ocasión ha golpeado en la mesa gritando que él es el jefe de Gobierno: nadie lo contradice, simplemente no le obedecen porque es un funcionario de chocolate.
Al aceptar ser el sustituto, Batres debió entender que con eso estaba más que pagado y que ya no podrá exigir más, porque, en cuanto se defina el tema de las corcholatas, pasará a ser otro mueble en el Antiguo Ayuntamiento.
Los gritos que da para tratar de imponer una autoridad que no le delegaron sólo demuestran su impotencia, porque todo el mundo sabe que su tiempo como gerente tiene fecha de caducidad y que no es él quién decide el futuro de nadie.
Además de los encontronazos con las dos figuras que le dejaron como celadores, los funcionarios que se encargan de aceitar desde el gobierno las estructuras electorales tampoco comulgan con él.
Por eso es que, a estas alturas, no se ve que Morena se mueva mucho en la ciudad, a excepción de unas cuantas declaraciones de Sebastián El Sebas Ramírez, dirigente local también de chocolate, a quien, por supuesto, nadie toma en serio.
Así como Claudia le dejó amarradas las manos a Martí para que no se atascara con el poder, también lo hizo con los alcaldes de su partido, a quienes les dejó claro que ni sueñen con que van a dejar a quienes ellos quieran.
Por supuesto que podrán opinar, pero la decisión será de ella, sobre todo después de que varios le fallaron en las elecciones de 2021, en las que su partido perdió más de la mitad de la capital, derrota que le cargaron a ella.
Otro gran problema para Batres y los alcaldes morenistas sería que, si Claudia no es la elegida, quien sí lo sea va a desconocer cualquier acuerdo previo.
CENTAVITOS
A estas alturas del partido, está claro que desde Palacio Nacional quieren meter en un mismo costal a Xóchitl Gálvez y a Santiago Taboada, aspirantes a la Presidencia de la República y a la Jefatura de Gobierno, respectivamente. Desde el púlpito presidencial ya los destaparon y los empiezan a atacar con acusaciones de corrupción, que hasta ahora no han permeado. A Xóchitl la acusan de haber hecho contratos privados con los gobiernos del PRIAN y ella respondió que es empresaria desde hace más de 30 años, y que sus empresas “son tan chingonas” que hasta el gobierno de la 4T las contrata. Por su parte, Taboada rechaza toda acusación e, incluso, manda a decir que a él le hacen lo que el viento a Juárez. Salieron respondones los azulitos.

