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No hagas bulla y la gallina es tuya

IRREVERENTE

Les platico esta secuela a la catafixia de rieles por banco entre Germán Larrea y el gobierno de la 4T. ¡Arre!

Durante mi más reciente viaje a Panamá platiqué con un ex funcionario que fue director de las áreas de dragado del Canal y cuyo nombre no puedo revelar porque al retirarse firmó un NDA -non disclosure agreement- que lo imposibilita para aparecer públicamente en temas como éste.

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La segunda de mis fuentes es un jubilado de Pemex que vive en Salina Cruz.

Él sí me permitió mencionar su nombre. Se llama Saúl Vázquez Vicente.

Por la información que me apresto a compartir será fácil darse cuenta de que mis fuentes son confiables.

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No hay calado

Ni Salinas Cruz, Oaxaca, ni Coatzacoalcos, Veracruz, tienen puertos con el suficiente calado para recibir a buques del tamaño de los 36 que cruzan cada día el Canal de Panamá, del Atlántico al Pacífico y viceversa.

Tras su reciente ampliación, puede atender a barcos de 14 metros de calado (profundidad), 51 de ancho y 370 de largo, que ni remotamente podrían atracar en los dos puertos mexicanos situados en los extremos del Istmo de Tehuantepec.

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La actual terminal petrolera de Salina Cruz data del año 1907.

Fue mandada construir por Porfirio Díaz y aguanta barcos de mucho menor calado que el Canal de Panamá.

Larrea chamaquea al Presidente

El comercio que atiende es de baja escala, de cabotaje; proviene de Centroamérica y para su traslado a Coatzacoalcos utiliza el actual trazado ferroviario de 1,500 kilómetros, que tiene derechos de vía vigentes desde 1907 a favor del Estado mexicano.

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La primera pregunta que surge aquí es, ¿cómo le hizo Germán Larrea -dueño del Grupo México, del cual forman parte Ferromex y Ferrosur- para conseguir durante el mandato de López Obrador, el uso de 120 kilómetros de esa misma vía?

Esto demuestra la “chamaqueada” que le pegó Germán Larrea al presidente para contar con su beneplácito en la compra de Banamex.

Aunque se trata de una operación privada, el protocolo marca que el visto bueno presidencial es parte de la negociación.

Si se quisiera recibir a buques del calado de los que atraviesan el Canal de Panamá, tendrían que construirse nuevos puertos a mar abierto en Salina Cruz y en Coatzacoalcos.

Hasta hoy, no hay rastros de esas obras en ninguna de las dos ciudades.

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Y aunque se emprendieran esas obras con costos multimillonarios, también tendrían que expropiarse los terrenos adyacentes a las zonas de mar abierto.

La vía terrestre sigue con los mismos durmientes de madera desde 1907.

Los únicos 120 kilómetros que cuentan con durmientes de concreto y anclajes de seguridad son los que opera Ferrosur.

Segunda pregunta:

¿cómo le piensa hacer el gobierno de la 4T para transportar por tren los productos entre ambos puertos, con esas anacrónicas vías?

Negociación con comunidades indígenas

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El paso de vías alternas o paralelas para el ferrocarril enfrentó muchas dificultades con las comunidades agrícolas.

Esta podría ser la explicación a la primera pregunta, relativa a los derechos de vía que datan de 1907, en favor del Estado.

Los 120 kilómetros de Ferrosur están fuera de los trazados originales.

Todo esto lo saben los inversionistas y por ello nunca le entraron al mentado “tren transístmico” que competiría con el Canal de Panamá.

La negativa de los empresarios se da desde el gobierno de Felipe Calderón, cuando se esbozó someramente este proyecto, que hoy es “estratégico” y de “seguridad nacional” para el gobierno de Morena.

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Tren Maya a Sedena. Transístmico a Semar

La operación del tren transístmico se le está otorgando a la Secretaría de Marina, para compensarle después de que el presidente entregó el Tren Maya a la Sedena.

Los planes del gobierno actual son que ambos proyectos sirvan para pagar las futuras pensiones del personal del Ejército y de la Marina.

Si es así, ya valió madres el asunto, porque al no ser posibles ni rentables ninguno de los dos trenes, aumentará el tamaño de la bomba de las pensiones que se cierne ominosamente sobre México.

Lo que sí podría funcionar es la instalación de zonas económicas a lo largo del Istmo, principalmente en el segmento de las maquiladoras.

Por esa vía sería posible comercializar productos manufacturados y agrícolas.

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Ferromex ya lo estaba haciendo, con un tren que operaba desde Salina Cruz y conectaba en el Golfo de México para llevar productos a Mobile, Alabama y otros puertos de Florida.

Ferromex está asociada con Union Pacific, que controla la operación ferroviaria en la península de Florida. A esto le llaman “close loop”.

El plan de ambas compañías era -o es- detonar el comercio mexicano en la costa este de Estados Unidos, que está muy por debajo del intercambio comercial que México tiene con Texas y California.

El ex presidente Calderón tuvo conversaciones con los daneses de APM Terminals y Marrakech Lines, sobre este tema y un puerto en Ensenada, pero ninguno tenía viabilidad como puertos de gran calado como los de Panamá.

De hecho, el único puerto mexicano de esas características es el de Lázaro Cárdenas, Michoacán. Ni el de Manzanillo es de gran calado.

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Resumen:

  1. El tren transístmico solo podría manejar comercio con barcos mucho más pequeños que los que atraviesan el Canal de Panamá.
  2. Salina Cruz y Coatzacoalcos solo podrían operar con productos de la zona centroamericana.
  3. Con la Marina en este tren se podrá tener la seguridad de la que habla el presidente, pero no el manejo logístico y de alta precisión en tiempos que requieren las grandes operaciones comerciales, como las que se dan en el Canal de Panamá.
  4. A todas luces, la expropiación de las vías férreas del gobierno “contra” el Grupo México, es una simulación acordada para darle a Larrea lo que en realidad le interesa:
  • La aprobación del presidente para quedarse con el banco más rentable de México en proporción de número de sucursales y montos manejados.
  • Que la 4T le baje dos rayitas al acoso fiscal al que están sometidas las empresas de ese Grupo desde el inicio del sexenio, debido a que Larrea incitó abiertamente a no votar por López Obrador.

Cajón de sastre

“Larrea está poniendo la cereza en la certeza de sus negocios, no en el pastel”, remata la irreverente de mi Gaby.

Fuente

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