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Un Barça-Real Sociedad para disfrutar de la Liga

La carrera apresurada hacia el túnel de vestuarios que hizo el campeón de Liga se transformará hoy en una lenta caminata por el pasillo de honor. Se marchó de estampida el Barça del césped del RCDE Stadium, amenazado por los ultras del Espanyol que invadieron el césped, y regresa hoy a casa para entregarse a una fiesta sin restricciones ni intimidaciones, rodeado de los suyos, necesitados de celebraciones y alegrías después de demasiado tiempo de malas noticias y ausencia de títulos.

“Un partido para disfrutar”, será el partido ante la Real Sociedad. O así lo describe Xavi, liberado ya de angustias, en la semana más feliz desde que es entrenador, con la vuelta al Camp Nou exhibiendo la flamante conquista de la Liga certificada con la brillante victoria en el derbi del pasado domingo. Habrá pasillo, copa y parlamentos. Frente a un rival amigo con el que no hay cuitas pendientes, ni históricas ni recientes, pero que tiene un futbolista que Xavi codicia para la temporada que viene: Martín Zubimendi.

Mediocentro “prioritario”

Porque ahora, después de que Sergio Busquets anunciara su marcha, el fichaje de un mediocentro “pasa a ser prioritario” para la próxima campaña. Es una pieza capital en el funcionamiento del Barça. Lo es desde hace casi 35 años, cuando Johan Cruyff puso a Luis Milla, luego a Guillermo Amor y más tarde a Pep Guardiola. Busquets ha sublimado esa posición en las últimas 15 temporadas y deja un vacío que provoca vértigo en Xavi. Zubimendi es el recambio preferido del técnico, pero se guardó mucho de señalarle con el dedo para esta noche. El precio (60 millones) y la falta de dinero y de margen salarial para pagar la cláusula a la Real le convierten en una pieza lejos del alcance azulgrana.

No es el momento aún para hablar de fichajes, pero se los exigirá a Joan Laporta para elevar el nivel del equipo lo suficiente para andar por Europa con la cabeza alta y más allá de la fase de grupos en la que ha caído las dos últimas campañas. Volverá a tratar Xavi con Mateu Alemany, que se fue y ha vuelto sin moverse aún de Barcelona. 

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“Mateu se queda, a ver qué pasa mañana, y Jordi se marcha”, bromeó Xavi sobre la rectificación del director de fútbol, a quien calificó de “trabajador bestial”. Con él trata las altas y bajas, una planificación en la que el sustituto de Busquets se ha transformado en un asunto capital.

Bajas decididas

Por delante del central zurdo (Iñigo Martínez), del centrocampista (Ilkay Gundogan), del delantero (Lionel Messi) y del extremo (Yannick Carrasco), pretensiones con nombres y apellidos, más otras posiciones (lateral derecho y otro centrocampista) más abiertas. Xavi sabe lo que quiere y lo que no quiere. Ningún jugador que peligra pasará un examen en los próximos y últimos cuatro partidos. “Está todo bastante decidido, en un 99% por no decir el 100%”, aseguró Xavi.

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El epílogo del campeonato solo conserva “objetivos menores que pasan a ser importantes ahora”. Son, básicamente, dos: el trofeo Zamora de Marc André ter Stegen, prácticamente asegurado (13 goles encajados, 20 ha recibido Oblak), con el aliciente de dos récords históricos: el mínimo de 18 tantos (Liaño y Oblak) y las 26 porterías a cero de Liaño (93-94). Ter Stegen ha sumado 25.

El otro objetivo es el Pichichi de Lewandowski. El delantero ha marcado 21 goles. 21 goles. Aventaja en cuatro a Benzema (17) y en seis a Joselu (15). 

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