Connect with us

Deportes

La salvación del Valencia es una cuestión de críos

Aunque el aborrecimiento vaya a reinar en Mestalla mientras el inversor singapurense Peter Lim siga siendo el propietario del club, esta temporada que vislumbra ya su fin empezó con notable ilusión a orillas del Turia. Cierto es que poca gente entendió el despido de José Bordalás -quien devolvió a este histórico, con una plantilla, cuanto menos, limitada, a una final de Copa tras varios años mediocres-, pero la llegada del carismático Gattuso levantó de nuevo a la afición. Con el italiano, Mestalla vivió un fútbol sin grises, pasional; un fútbol que le permitió soñar durante los primeros meses de Liga con Europa y que, inevitablemente, se diluyó en invierno en un mar de dudas, miedos y derrotas. Gennaro fue otra víctima de la guillotina Lim tras dejar al equipo fuera de los cuartos de Copa y a un punto del descenso. Igualmente, tras su cese y pese al recurrente apósito de nombre Voro, la pesadilla apenas había comenzado.

Gattuso, ante un equipo inequívocamente desequilibrado en varias posiciones, no dudó en probar al talento del filial. Así, hombres como el defensor Mosquera o los jugadores de banda, Jesús Vázquez y Fran Pérez (hijos de Braulio y Rufete, respectivamente), gozaron de minutos relevantes. Sin embargo, hoy, ya a los mandos de Baraja, son otros tres jóvenes quienes encabezan la lucha del Valencia por evitar la quema.

El más célebre de ellos por lo mostrado sobre el césped es Javi Guerra; un chico de 20 años, natural de Gilet, que desde la medular ha cambiado la cara de su equipo. Criado en la cantera del Villarreal y reclutado para Paterna en edad juvenil, este internacional con las inferiores españolas que destacaba sobremanera en el filial sustituyó a Almeida en el último suspiro de juego ante el Valladolid, recibió la bola en la orilla del semicírculo, recortó a su par y, desde fuera del área, soltó un zurdazo a la escuadra izquierda de Masip. 2-1 y delirio en Mestalla. Era la jornada 31, el Valencia ganaba a un rival directo y se acercaba un poquito a la permanencia gracias a un chaval. Además, ese importante gol no fue un oasis en su protagonismo en el primer equipo: Guerra ha sido titular en los dos últimos partidos, ha sumado dos actuaciones de calidad y el club, frente al acecho del Real Madrid y Barcelona, le ha renovado hasta 2027 bajo una cláusula de rescisión de 100 millones de euros.

Otro nombre propio que suena con fuerza en la ciudad conquistada por El Cid es Diego López. Este hábil delantero que también puede partir desde el extremo, donde es utilizado por Baraja, firmó un gran partido en el último encuentro liguero en Balaídos, donde puso la primera piedra del triunfo con una bella asistencia a Kluivert. Tal es la irrupción del asturiano del Mestalla con pasado en las academias de Madrid y Barça, que el Valencia también planea su renovación.


Diego López en el reciente Valencia – Villarreal


Valencia CF

Pero si un ariete del filial valencianista de Segunda RFEF fue protagonista en Vigo, ese fue Alberto Marí. Con también 21 años y poco más de media hora de juego en Primera, el alicantino aprovechó la ausencia de Cavani (y la sequía goleadora de Duro) para disputar el tramo final del duelo frente al Celta; y a falta de cinco minutos, de cabeza, mandó al fondo de la red un centro de Foulquier para sellar el 1-2 decisivo.


Alberto Marí celebra un gol con el Mestalla


Valencia CF

En definitiva, a estos tres futbolistas fogueados en el cuarto escalón del fútbol español (junto a los también jóvenes Lino, Kluivert, Almeida y Nico), se agarra Baraja para eludir el descenso de una entidad que, hace no demasiado, fue gigante. Entretanto, en la tarde de este domingo en Mestalla, el Valencia recibe a un Real Madrid herido tras el baile de Mánchester que vive ya sin más objetivos que mantener la segunda plaza liguera. En un lugar siempre hostil para los capitalinos, los blanquinegros buscan un triunfo vital en su empresa por la salvación.

Fuente

Advertisement
Advertisement

Nacional

Más

Populares