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La Real se sumó a la rúa del Barça

Vale, sí, era la noche que se había ganado todo el barcelonismo para celebrar el título de la “rehostia” y, por tanto, no se le puede poner ningún pero. Y quien se lo quiera poner, como yo, es alguien que está empeñado en darle la razón a Xavi Hernández, que está convencido, aunque jamás lo dirá públicamente, que a esta plantilla, en este vestuario, faltan varios, no diría muchos, futbolistas que refuercen la alineación ideal, la que le ganó la Supercopa al Real Madrid, la que ya no juega con dos extremos sino con cuatro centrocampistas. Esa también ha sido, junto a una inmejorable defensa, la aportación de Xavi a esta campaña, dicen que bajo consejo de Jordi Cruyff.

En la fiesta (y derrota) de anoche, la primera que el Barça sufre en esta Liga en el Camp Nou, intervinieron muchos, o todos, aquellos futbolistas que Xavi vería con buenos ojos abandonasen el Barça para dejar lugar a otras apuestas que mejoren (y mucho) el banquillo. Si algo demostró la derrota de anoche, en la que la Real jugó de maravilla y donde, seguro, a Xavi le encantaron más futbolistas que su admirado Zubimendi, es que la segunda línea de jugadores del Barça deja mucho que desear y que, sin duda, la labor de Mateu Alemany no ha sido, ni mucho menos, como para convertirlo en ‘Sant Mateu Alemany’, como le llama ese twitch, que espera convertirse en la nueva Barça TV.

Menuda explicación

Es más, ya que ha salido el nombre (o apellido) de Alemany, decir que muchos hubiésemos preferido que, para dar las explicaciones que dio anoche sobre su ‘coitus interruptus’, mejor no hubiese dicho nada, pues tras sus palabras en DAZN y Barça TV, aumenta la posibilidad, digo, de que el hombre que debe negociar y redactar los contratos de los futbolistas culés no haya sabido negociar y redactar su contrato con el Aston Villa, que, por cierto, según Alemany, tiene “el mejor…, uno de los mejores entrenadores del mundo”. Sí, sí, a Alemany se le escapó que, para él, el mejor entrenador del mundo es Unai Emery.

A Alemany, que no supo explicar su sí pero no, se le escapó en la tele que Emery es el mejor entrenador del mundo

El caso es que anoche tuve la sensación, en efecto, de que Xavi aprovechó la ocasión, la fiesta, la celebración, para poner en el escaparate los nombres que todo el mundo tiene en la punta de la lengua. Mientras Barça TV ponía en escena el posible regreso de Leo Messi, oficializando el sueño de Joan Laporta, Xavi mostraba las deficiencias de algunos, o varios, o muchos, de los fichajes ‘oportunidad de mercado’ que se quiere sacar de encima para, si puede, enriquecer de talento y buenos futbolistas el banquillo azulgrana.

Y os diré una cosa, el cambio de Koundé en el descanso, señalándolo como el gran responsable, que lo fue, sí, del primer gol donostiarra, dice mucho del ‘míster’ campeón, que, al parecer, en su deseo de que regrese Leo Messi. está dispuesto a contribuir a la limpia que haga falta. Claro que, como lleva demostrando Imanol Alguacil a lo largo de todo el año, el éxito, el mérito, el trabajo, el arte, la habilidad de un entrenador es saber sacar todo el jugo posible de los jugadores que tiene y no pedir que el club se gaste, de nuevo, 200 millones de euros en refuerzos. Y, además, a Messi.

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Gallina de piel

Es posible, no lo dudo, que en los tres partidos que restan, Xavi tratará de darles bola a los futbolistas que se quiere sacar de encima. Para venderlos, no puedes hablar mal de ellos y tienes que ponerlos en el escaparate para que alguien pique. El problema es que esos nombres, esos muchachos, esos futbolistas, los que todos tenemos en la punta de la lengua, han costado hasta 50 o más millones de euros y, de momento, por lo que hemos visto no parecen dispuestos a deslumbrar a nadie y así será difícil colocarlos en el mercado.

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Cuando tú ves jugar a Dembéle, ¡vale, sí, de acuerdo, sigue sin acabar el 85% de las jugadas que empieza!, te das cuenta que ni Raphinha, ni Ferran, ni siquiera Ansu Fati son la mitad que el francés y, encima, Mateu Alemany se lo quería sacar de encima. Suerte que Xavi acudió a su rescate Y, ahora, le persiguen para renovar.

Repito, la fiesta fue estupenda, con “gallina de piel” cruyffista de Xavi incluida y con alusión al gran presidente, que levantó su puño en alto desde el palco, al grito de “¡no estamos tan mal!” La Liga es nuestra y el futuro, también, rezaban las pancartas de la fiesta. El año que viene, nadie le pedirá la Champions a Xavi, nadie, pero ese futuro depende de construir un mejor banquillo, el que anoche perdió 1-2 (y pudieron ser más) ante la Real, que jugó como jugaba el viejo (excelente) Barça.

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