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Negocios

Cuidar del otro, el principal enfoque para hacer negocios más abundantes

(Expansión) – Cuando inicias una relación laboral lo haces con mucha ilusión porque representa el principio de una nueva etapa y de nuevas experiencias, pero sobre todo, por el potencial de crecimiento que esa vinculación trae para ambas partes.

Eliges un colaborador que parece compartir los valores y el sentido de negocio que tú has impregnado en tu empresa. O se te presenta una persona que parece un gran aliado comercial; o bien, emerge un proveedor estrella que te sorprende con su compromiso.

Todos estos escenarios no solo traen esperanza, sino también impulsan el crecimiento de un componente muy potente en el vínculo: la confianza entre las partes.

No solo sentir que se puede confiar en una persona, sino también experimentar que el otro lado nos otorga honestidad, lealtad y que el beneficio compartido es valioso; tanto como las transacciones económicas.

Pero, ¿cómo cuidarnos para no caer en los excesos de confianza y por lo tanto en las desilusiones que se dan en una relación? Sencillo, delimitando la cancha de acción de la persona y haciendo uso de una rúbrica de apoyo donde se alimenten datos en relación a la cultura. Es decir, bajar de las cualidades y/o subjetividades a los terrenos prácticos de la operación y la decisión. Esto es crucial porque la personalidad que construimos en la empresa tiene todo que ver con la esencia de quien funda el negocio o bien, quien abre los espacios donde otros se vinculan. Esta personalidad tiene la parte emocional que impulsa a las personas hacia el propósito compartido, así como la parte racional que coordina la manera en cómo se están llevado a cabo las cosas.

Cuando tenemos un balance entre las dos partes, así como la valiosa documentación de ese proceso, es cuando estamos hablando de una cultura consciente (o cultura responsable), que se construye con extra comunicación sobre los límites que nos mantienen -o no- unidos.

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En nuestros negocios nos ayuda mucho una mente fría para la gestión de algo que no salió de la manera en que lo habríamos deseado. Pero en nuestros corazones, los buenos recuerdos de una relación cuidada nos siguen conectando al hecho de que hay personas esenciales con quienes vincularnos en el camino para que ambas partes crezcan.

Ante esto, ¿cómo evitar las desilusiones creando un marco de referencia basado en la cultura consciente o cultura responsable? Aquí algunas recomendaciones:

Establece lo que cada parte gana de la relación y cómo, o con base en qué, esta ganancia se incrementa. Las recompensas no solo son económicas, también son beneficios.

Plasma en un documento la expectativa de relación que ambas partes tienen que mantener y guarda ese acuerdo firmado como un acto de compromiso.

Mide periódicamente los beneficios que la relación ha generado con base en las metas y propósitos del negocio. Para medir, primero habrá que documentar el impacto creado hacia todos los stakeholders.

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Expresa con vehículos formales de comunicación el porqué de la relación. Destácalos en tu boletín o en redes sociales.

Nos toca a nosotros, los líderes de los negocios o de iniciativas, mostrarle al otro cómo construimos relaciones en las cuáles importen los beneficios que se generan.

Es nuestro rol compartir nuestros valores y formas en cómo todos podemos crear relaciones ganar-ganar-ganar; y sobre todo, es nuestro papel crear ambientes en donde el cuidado hacia el otro es el principal enfoque para hacer negocios más abundantes.

Nota del editor: Rocío Díaz (Roru) es especialista en negocios conscientes, negocios más abundantes y cofundadora de Conscious Business Network. Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

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Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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