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Opinión

¡Adiós IMCO, gracias por todo!

(Expansión) – Todos los días enfrentamos opciones entre las que tenemos que elegir. Sin embargo, hay decisiones que son más difíciles que otras, pues representan ciertos sacrificios que van marcando el rumbo de tu vida. Ganas unas cosas, pero pierdes otras.

La semana pasada cerré el ciclo más largo e importante de mi carrera profesional. Después de un poco más de 10 años, dejé de trabajar en el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). En un mundo que prácticamente ha regresado a la presencialidad, hacer bien mi trabajo se volvió incompatible con vivir en Querétaro y criar tres hijos pequeños. Debo reconocer que mis condiciones laborales eran flexibles y que tengo una pareja que celebra mis éxitos tanto como yo, pero cada vez era más necesaria mi presencia en la Ciudad de México para posicionar la agenda de Sociedad Incluyente e interactuar con actores relevantes. Ante estas circunstancias, elegí inclinar la balanza un poco más hacia lo personal y dejar al IMCO.

Me voy agradecida con esta gran institución y orgullosa por los logros alcanzados durante este tiempo. Desde que Juan Pardinas y Gabriela Alarcón me sumaron al equipo del IMCO en 2012, participé en el diseño y la ejecución de proyectos que tuvieron impacto real. Por ejemplo, la calculadora de costos de la contaminación del aire que sirvió como evidencia para actualizar en 2014 las normas que marcan el límite de concentraciones de partículas y ozono en las ciudades. También encabecé la estimación de costos de la obesidad en México y la construcción de indicadores para darle seguimiento a los avances de la estrategia para combatir la obesidad durante la administración del presidente Peña Nieto. Además, coordiné varias ediciones de los índices de competitividad.

En tiempos más recientes, cuando Valeria Moy asumió la dirección general del IMCO, me confió la misión de empezar un área enfocada en las personas: Sociedad Incluyente. Un lienzo en blanco en el que una las prioridades era analizar el mercado laboral con lupa de género. De aquí salieron proyectos innovadores como la estimación de los beneficios económicos de sumar a más mujeres a la economía , Estados #ConLupaDeGénero , una encuesta nueva sobre las barreras que perciben las mujeres y los hombres respecto a su crecimiento profesional, el cálculo de cuántas mujeres hay en puestos altos de un grupo de empresas y dentro de la Administración Pública Federal , entre otros. Asimismo, me tocó liderar las últimas actualizaciones de Compara Carreras y levantar la voz respecto a los principales riesgos del sector educativo. Esta misión seguirá a través de un equipo de lujo coordinado por Fernanda García (mujeres) y Fernanda Domínguez (educación).

Hace mucho tiempo escuché a un excolega decir que “una vez IMCOita, por siempre IMCOita” y es cierto. Aunque dejo la institución, me llevo todas las lecciones y los valores que aprendí en este lugar. Es mi momento de aplicarlos en alguna otra trinchera para seguir transformando a México.

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¿Qué sigue para mí? Seguiré plasmando mi opinión sobre la coyuntura y los temas que me interesan en este espacio en Expansión y en el que tengo en Opinión 51. Por lo demás… ya veremos. Estoy segura de que será algo en donde tenga impacto, aunque sea en una escala diferente.

Por lo pronto es momento de decir ¡adiós IMCO y gracias por todo!

Nota del editor: Fátima Masse es Economista especializada en temas sociales. Síguela en Twitter como @Fatima_Masse . Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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