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Opinión

El voto permanece inalterable

El nuevo sondeo de ABC sobre intención de voto para las elecciones generales, realizado por GAD 3, ofrece una fotografía fija muy estable y prácticamente invariable respecto al escenario manejado en su último estudio de noviembre. El bloque de la derecha obtendría una holgada mayoría absoluta de entre 182 y 188 escaños en el caso de que PP y Vox decidiesen pactar una investidura, y en la izquierda, el PSOE, con entre 107 y 111 escaños, se beneficiaría del desplome de Podemos, que pasaría de sus 35 escaños actuales a prácticamente la mitad.

El partido más votado sería el PP de Alberto Núñez Feijóo, que se ha estabilizado en el entorno de los 140 escaños aunque en anteriores encuestas llegó a tener un pico de 159. Por tanto, difícilmente la suma de todos los socios de Pedro Sánchez en esta legislatura podrá reeditar la actual alianza de gobernabilidad. Sin embargo, el sondeo no es todo lo satisfactorio que el PP desearía ya que en la práctica se calcan los resultados de la oleada de noviembre, lo que demuestra que no tienen prácticamente ningún efecto favorable sobre Núñez Feijóo las sucesivas crisis vividas por el Gobierno.

Ni la derogación de la sedición, ni la regulación que favorece a los malversadores, ni la rebaja masiva de penas a agresores sexuales, ni la ofensiva del Gobierno con un chantaje incluido al Poder Judicial para renovar el TC a su medida, ni la corrupción de ‘Tito Berni’, ni el fracaso de la rebaja selectiva del IVA en la cesta de la compra. O bien el PP ha alcanzado un techo electoral sin haber rentabilizar políticamente ese cúmulo de errores del PSOE, o bien la izquierda ha llegado a un umbral de fidelidad de voto en el que ya no le penaliza prácticamente nada.

La mejor noticia para el PP, pese al desgaste que le supone a la derecha el permanente roce con Vox, es que la alternativa política se reafirma a solo dos meses de las elecciones municipales y autonómicas. Estos comicios son difícilmente extrapolables a los generales, y más aún con la volatilidad permanente que se produce en política, pero sí permiten visualizar tendencias que suelen repetirse cuando las dos elecciones coinciden en un mismo año. A la inversa, la izquierda no tiene por qué valorar los datos solo en un sentido negativo. Es cierto que aunque el PSOE perdería cerca de una decena de escaños y Podemos la mitad -incluso ERC perdería tres, algo poco habitual en los esquemas de voto de Cataluña en las generales-, todo el bloque parlamentario ajeno a la derecha estaría a solo una decena de escaños de poder reeditar un amplio consenso para frenar a Feijóo. Es el cálculo real que hacen en La Moncloa: no tanto que el PSOE supere al PP, sino reeditar un mínimo 176 escaños para garantizar otra legislatura.

Para Ciudadanos ya no es ninguna noticia que un nuevo estudio demoscópico preconice su desaparición. Y para la izquierda sigue siendo una incógnita la variable de Sumar, el partido de Yolanda Díaz, cuya hipotética coalición con Podemos está en el aire. Si la izquierda concurriese con Podemos, Sumar y el PSOE por separado, el baile de escaños previsto podría variar. No obstante, difícilmente cambiará el bagaje electoral de cada bloque porque el trasvase de votos, de producirse, ya será internamente. Lo que puedan ganar o perder PSOE y Podemos será a costa de sí mismos, de modo idéntico a lo que pueda ocurrir con Vox y el PP a cuenta por ejemplo del voto útil.

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