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Internacional

«No me sale de los…»: la respuesta de una camarera española en Irlanda ante la incómoda petición de sus jefes

TikTok se ha convertido en una plataforma para narrar aventuras y cada vez más personas instaladas fuera de nuestras fronteras se atreven a narrar los choques culturales al salir de España. Algunas son buenas, mientras que otros prefieren contar sus experiencias más horribles al tener que lidiar con su nueva vida en otro país.

Esto último es lo que le ha ocurrido a la joven Laia Merino, que ha vivido uno de los episodios más incómodos que recuerda durante su estancia en Irlanda. Esta joven, que trabaja como camarera en un bar de este país, ha relatado a través de su cuenta de TikTok cómo ha sido esta mala experiencia laboral por culpa de una petición de sus jefes.

«No entiendo nada», escribía la joven. «Mi trabajo consiste en servir mesas, limpiarlas, cobrarlas, atender a los clientes y te hago los baños si quieres», aseguraba Merino, que no se ha tomado nada bien una petición de los jefes del bar en el que trabaja.

Obligada a hablar con los clientes mayores del bar

En este vídeo, la joven explicaba que en el local siempre hay «un grupo de señores mayores» que suelen frecuentar habitualmente el lugar. Ante esta situación, sus jefes le pedían que les diera mucho más conversación a estos clientes, a lo que ella les dio la razón, pero finalmente hizo caso omiso.

Ante esta negativa, los superiores de la joven volvieron a insistir para que hablara con estos clientes más asiduamente, algo con lo que la joven se mostró completamente ofendida: «¿Tú me tienes que decir a mí con quién tengo que hablar? ¿Que tengo que estar yo aquí hablando con estos señores? No me da la gana, no me sale de los huevos».

Esta camarera española, completamente indigna, seguía repitiendo lo siguiente: «¿Tengo que hablar con señores de 200 años, desdentados y que no entiendo lo que me dicen? Vengo a trabajar y no a hablar».

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El vídeo ha generado todo tipo de reacciones en la red social, donde muchos se han posicionado de parte de Laia, mientras que otros no han dudado en criticar su queja, asegurando que ser simpática con los clientes forma parte del trabajo en hostelería.

«Pues yo fui camarera y una de mis labores era ser amable con los clientes para que se sintiesen más cómodos y gastaran más», contestaba una usuaria. Otro recordaba que en una barra no hay que darle conversación a nadie: «No es un bar de alterne, hasta ahí podíamos llegar».

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