La prueba de fuego
Sin embargo, algo que hay que destacar de este huracán evidenció la unidad de las startups, la capacidad de resiliencia de los fundadores y la importancia y el valor de estas compañías para la economía y la sociedad.
Es literalmente la primera prueba de fuego para las startups. Luego de la pandemia, particularmente hasta 2021, el escenario fue sumamente próspero, el capital llovía para estas compañías y muchas lograron tocar la meca del ecosistema; después se fueron presentando retos (como la inflación) que mermaron su crecimiento, muchas empresas comenzaron a agonizar y otras tocaron fondo.
SVB en definitiva sienta un antes y un después para estas compañías, pero quienes logren salir a flote liderarán una nueva generación de startups, más resilientes y con un modelo probado y valorado, incluso por la sociedad.
Diversificación en fuentes de inversión
Parte del secreto de las startups, y en particular de las fintech, ha sido su valor para la sociedad, estas empresas lograron lo que la industria tradicional no pudo hacer en mucho tiempo: capitalizar oportunidades, llegar a sector vulnerables, abonar a la inclusión financiera y crear un modelo de negocio rentable a partir de mercados históricamente abandonados.
En un año tan complejo, las fintech aún tienen mucho que ofrecer, incluso a otras startups. Aunque en países como México hay temas importantes pendientes de regulación, lo cierto es que el golpe de timón que asestó SVB pone frente a las fintech una área de oportunidad ante la necesidad de diversificación de fuentes de inversión.