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Aston Martin espera rendir «sin cosas raras» en las calles peligrosas de Jeddah

Son calles muy peligrosas en la segunda prueba del Mundial de Fórmula 1. El segundo trazado más veloz del calendario encierra en su naturaleza supersónica y en la proximidad de los muros un concepto único: el riesgo. Un enlazado de 27 curvas y dos rectas que se juntan como las ondas de una serpiente y que facilitan los pronósticos: habrá coche de seguridad, casi imposible evitar accidentes con las paredes sin escapatoria tan cercanas a la pista.

La teoría dice que no es el escenario ideal para el Aston Martin, pero el coche que pilota Fernando Alonso mostró en Baréin argumentos para volver a sentirse protagonista.

El trazado de Jeddah solo tiene dos años de vida en la F1, pero ya ha adquirido carta de naturaleza por ser tan proclive a la siniestralidad. La carrera inaugural en 2021 vivió dos banderas rojas (detención de la prueba) y cuatro coches de seguridad virtuales (se ralentiza la carrera sin posibilidad de adelantar y sin sacar el auto de emergencia a la pista).

El evento del año pasado contó con un ‘safety car’ y dos virtuales. Una llamada a las colisiones o las interrupciones.

La gracia de este trazado reside en que presenta más curvas que ningún otro en el Mundial (27), pero los pilotos consiguen unas medias de velocidad casi insuperables (242 kilómetros/hora). Solo en Monza se circula a mayor rapidez (248 km/h).

El peligro viene de esa paradoja: los pilotos se juegan el bigote rodando a una velocidad similar a la de la pista más rápida de la temporada, pero rozando muros de hormigón que provocan accidentes pavorosos, como el del año pasado de Mick Schumacher. Las curvas 1 y 27, la primera y la última, son los puntos de adelantamiento habituales en Jeddah.