La clave: la educadora de la SCJN gana el debate

“No pierdan de vista las profesoras que el principal libro debe ser la propia maestra.”

JERÓNIMO USERA

“No es el haber recibido una lección lo que nos salva, sino el haber sabido aprovecharla.”

GEORGE CANNING

¡Habemus presidenta! Lo que es mejor, es una presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que nos ha vuelto a recordar la importancia de la separación de poderes y la necesidad de que las personas que lleguen a ciertos puestos de responsabilidad, cuenten con conocimientos, probidad y ánimo constructivo. Con compromiso con México, sin que ello sea dejar de lado la ley. Todo lo contrario.

Norma Piña llegó a la presidencia de la SCJN por todos sus años de trabajo y esfuerzo en la impartición de justicia, sin ser amiga de unos o de otros y así se ha comportado.

Pero es utilizando otra formación adicional que la ministra presidenta ha sabido dejar atrás a López Obrador; sin aspavientos ni peleas ni plañideras desde cualquier atril.

Ha echado mano de su formación docente: ‘una educadora lidiando con una persona que ha decidido comportarse como un alumno problema’…

Tristemente, en lugar de tener dos adultos actuando con seriedad como los máximos representantes de los poderes que encabezan, el ejecutivo federal prefiere acusar, señalar y jamás de los jamases volverse responsable de nada. La ministra se desempeña como toda una profesora… de maternal; con recato, solidez, coherencia.

Ella, simplemente no gasta su tiempo en responderle. Lo ignora y de forma elegante, lo pone en su lugar.

La ministra presidenta Norma Piña habla de la independencia del poder judicial y recordando que son las sentencias las que hablan por este poder. Solo su alocución del día de los juzgadores y ahora el 8 de marzo, nos ha recordado el poder de la palabra, pero también de la actitud. Esa adusta, sin acusaciones vacuas, la que pide prudencia y valor. Una que pega en las emociones pero no por estridente, sino porque lleva razones de peso. Una persona que muestra el balance entre la autonomía y la corrección en las sentencias.

Una educadora que nunca de los nuncas le hemos escuchado responderle a López Obrador o tomar los retos o las ofensas, menos aún a título personal. No entra en debates con él; tampoco le menciona. Ejerce una pedagogía básica que se ejercita con los estudiantes complicados, con aquellos que son instigadores de desorden, de broncas y de malos resultados.

La ministra presidenta ignora de forma y fondo los arrebatos de López Obrador, incluyendo los que inciden inconscientemente en los ánimos de las redes sociales que han amenazado la vida de la ministra Norma Piña.

La pedagogía está funcionando: el prudente silencio de la ministra presidenta Piña ha derrotado en el debate al exceso de palabras del presidente López Obrador.

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