Casemiro, entre lágrimas tras recibir su segunda roja directa en poco más de un mes

Corría el minuto 33 en el teatro de los sueños de Old Trafford cuando una dura entrada del centrocampista local acabó con Carlos Jonás Alcaraz retorciéndose de dolor. El árbitro castigó la acción con una tarjeta amarilla para alivio del exmadridista, pero la intervención del VAR cambió su destino en el partido y le envió directo a los vestuarios.

En la repetición se pudo apreciar el fuerte impacto de los tacos de Casemiro contra el gemelo de su rival, que conducía veloz el contragolpe. La intención del brasileño era la de eliminar el peligro para su equipo atacando con (mucha) contundencia la pelota, deslizándose para ello, pero las imágenes mostraron su pie rebotando en el balón para impactar de lleno en Alcaraz. Pese a verse en cámara lenta, la acción es de las que ponen los pelos de punta.

Una vez recibido el castigo, Casemiro ha reconocido la dureza de su entrada y también la situación en la que dejaba a los suyos sobre el césped. Visiblemente afectado, llevándose incluso las manos a su cara, al borde del llanto, recibió el apoyo de algunos compañeros, como Antony o De Gea. Más sereno se acercó a interesarse por Alcaraz, que aceptó sus disculpas.

Segunda expulsión de su carrera

Carlos Henrique Casemiro es una de las claves en el resurgir del Manchester United, por su experiencia y trabajo en el centro del campo. No se entiende la mejora de los ‘diablos rojos’ de Ten Hag sin la aportación del exmadridista. Pero también es verdad que su agresiva forma de jugar le ha acarreado un par de expulsiones directas en poco más de un mes.

El brasileño recibió la primera tarjeta roja directa de su carrera en la jornada 22 ante el Crystal Palace. Entonces, durante una tangana entre futbolistas de ambos equipos, agarró del cuello a Will Hughes, una acción que el VAR le chivó al árbitro. Aquello, por las normas de la Premier League, mucho más estricta que LaLiga en sus sanciones, le costó tres partidos.

Ahora el centrocampista se perderá cuatro, pues en el campeonato inglés se castiga también la reincidencia. Quizás de ahí la frustración y el mal rato del brasileño.