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Opinión

2023, año de inflexión para el comercio electrónico

Por ese motivo, la principal diferencia entre nuestra región y las que cuentan con economías más desarrolladas radica en las oportunidades que la industria tiene por delante.

América Latina se encuentra a medio camino de alcanzar su máximo potencial para convertirse en un unicornio del comercio electrónico al contar con importantes áreas de oportunidad en pilares estratégicos, como son el reforzamiento de las cadenas de suministro, la inversión en innovación y desarrollo tecnológico, la ciberseguridad de los procesos de compra, o la propia digitalización de los pagos.

Estos aspectos se encuentran encaminados, en primera instancia, en mejorar la experiencia de compra de las personas, que es fundamental para el momento por el que atravesamos.

Asimismo, permitirán impulsar a nuestro ecosistema para convertirlo en una industria mucho más eficiente y competitiva, especialmente al democratizar en mayor medida el acceso de las pymes y los emprendimientos a tecnologías con las que puedan mejorar sus procesos y crecer con ello su modelo de negocio, tal y como ha sido planteado por la CEPAL .

La complejidad de los retos

2023 será coyuntural para el e-commerce al plantear importantes retos que pondrán a prueba la resiliencia de los comercios. Una prueba de ello es el estrés por el que atraviesan actualmente las cadenas de suministro, derivado de la complejidad económica que se presenta en los mercados, así como por la ya mencionada disminución del poder adquisitivo entre las personas.

Sin embargo, el comercio electrónico ha demostrado su capacidad por ser una herramienta de rápida recuperación para las empresas y las economías de la región, por lo que es de vital importancia el continuo avance en determinados aspectos.

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En primer lugar, colocaría la vuelta a la normalidad, debido a que ha llevado a que las personas recurran nuevamente a los canales físicos de venta, impulsadas por el valor de la experiencia en tienda. Por ese motivo, ha de mejorarse la calidad de las compras en línea.

En segundo lugar, habrá que reforzar los protocolos de ciberseguridad, atendiendo de manera más eficiente una de las principales preocupaciones entre los consumidores, destacando que, es necesario generar una comunicación proactiva con los clientes entorno a las mejores prácticas para la prevención del fraude, compartiendo con ellos información educativa y de valor a través de los canales de contacto. De esa manera también se mejorará la relación entre las marcas y sus audiencias.

Asimismo, hay que atender la creciente tendencia con respecto a diversificar los métodos de pago, un aspecto ligado a aspectos muy diversos según la geografía.

Por citar un ejemplo, América Latina ha seguido un camino de claro avance en sus niveles de bancarización, logrando un mayor uso de plásticos, transferencias y pagos sin contacto en países como Brasil, Chile y Colombia, con lo que se ha mejorado también la seguridad de las operaciones .

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No obstante, y a pesar de que en México la gran mayoría de las transacciones siguen empleando al efectivo como método de pago , también se han desarrollado soluciones seguras que han permitido incorporar al dinero físico como medio de pago para el e-commerce.

Por lo tanto, queda claro que, a pesar de contar con cierta homogeneidad socioeconómica y cultural, cada país latinoamericano presenta sus propias particularidades. Sin embargo, al ser atendidas en medida de las necesidades de su propia población, las soluciones resultantes pueden exportarse hacia otros mercados.

Un año de aprendizajes

Si bien ha cedido el impulso inicial al e-commerce derivado de la pandemia, podemos ser testigos de una segunda ola de avance al priorizar la inversión e innovación en los mercados en pro de impulsar el desarrollo del sector minorista, que es donde se presentarán las mayores tasas de crecimiento.

Por lo tanto, 2023 es el año de inflexión para el comercio electrónico en América Latina debido a que definirá su desempeño para el futuro cercano, así que nos encontramos en el momento preciso para capitalizar el conocimiento adquirido y continuar evolucionando una industria llena de dinamismo, donde lo mejor todavía está por venir.

Nota del editor: Alejandro Pineda cuenta con 40 años de colaboración en BBVA México, figurando como pieza clave en las estrategias y acciones del segmento retail, destacando su experiencia en los negocios con tarjetas de crédito, préstamos personales y nómina, medios y sistemas de pago, entre otros. Actualmente, se desempeña como CEO de Openpay. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

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