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Internacional

La televisión catalana, un pozo sin fondo, se estanca en el 14% de cuota

TV3 se estanca en la cuota de pantalla a pesar de ser un pozo sin fondo para las arcas públicas catalanas. El ‘share’ de 2022 (media anual) fue del 14,1%, una décima más que el obtenido en 2021 (14%) y cuatro y cinco décimas menos de los datos reportados en 2020 y 2019 (14,6% y 14,5%, respectivamente). En 2018, la televisión de la Generalitat se quedó, como en 2021, en el 14%. Para este lustro, la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) trabajó con un presupuesto aprobado en el Parlamento de Cataluña de 1.484 millones de euros (casi a 300 millones por año de media).

La televisión autonómica catalana es líder de cuota de audiencia (el año pasado le sacó 3,4 puntos a Antena 3 y 4,3 puntos a Telecinco y solo en 2016 empató en el primer puesto con la televisión de Mediaset) pero no supera el 15% de ‘share’ medio anual desde 2007 (16,6%) y desde 2003 no pasa la barrera del 20%. Eso sí, TV3 ha recuperado la cuota de pantalla previa al ‘procés’, años en los que los medios de la Generalitat se pusieron al servicio, sin disimulos, de los intereses de Artur Mas (2011-2015) y Carles Puigdemont (2016-2017).

El peor dato anual de TV3 fue el de 2016, cuando la televisión se quedó en un 11,3% de ‘share’, empatando con Telecinco. El segundo porcentaje más bajo fue el reportado un año después: 11,8%. Es decir, en los dos años de máxima tensión política derivada del proceso secesionista ilegal los catalanes se alejaron de la televisión de la Generalitat. Las tres temporadas anteriores no fueron mucho mejores. En 2015, 12,5%; en 2014, 12,6% de ‘share’; y en 2013, 13,5%, según los datos de Kantar Media que utilizan TV3 y el Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC).

Estas cuotas de pantalla están muy lejos de las que TV3 registró durante los últimos años del siglo pasado. Incluso de las de la primera década de este. El mejor ‘share’ (según medición de audímetro a partir de 1992) fue el de 1998, cuando la televisión autonómica obtuvo una cuota de pantalla media anual del 23,6%. En 1994 se llegó al 22,5% y en 1999 al 22,1%. Datos de ensueño (sin competencia digital, ni de plataformas o canales temáticos, prácticamente) para los actuales responsables de la CCMA, el ente público que gestiona los medios de comunicación de la administración autonómica. Básicamente, TV3 y Catalunya Ràdio.

Los ingentes fondos

La (relativa) potencia de TV3 se basa en dos ventajas insuperables por cualquier empresa que quiera competir con ella. Por un lado, ninguna cadena emite íntegramente en catalán en toda la comunidad. Lo intentó el grupo Godó con el ‘boom’ de las TDT y se inventó 8TV. Desistió. No era suficiente dedicarle algunos millones. Esta es la segunda ventaja de TV3. Es un saco sin fondo, junto a Catalunya Ràdio. Cientos, miles de millones de euros de las arcas públicas han ido a parar a la CCMA. Para 2023, la televisión y la radio públicas tienen previstos un ‘ejército’ de 2.333 empleados y un presupuesto de 335,7 millones.

Entre 2008 y 2022, la Generalitat presupuestó 5.248,8 millones de euros para la CCMA, según la suma anual elaborada por ABC de las memorias de programas de las cuentas autonómicas de estos quince años. A esta cantidad, el Govern le sumó al menos tres partidas extraordinarias, en 2018, 2017 y 2009, por un monto total de 28,3 millones. Y una cifra que prácticamente ha pasado al olvido: 1.046,72 millones de euros. Esta fue la deuda de la CCMA que asumió la Generalitat en 2008 tras la firma de un contrato programa durante el mandato de José Montilla.

En resumen, a los catalanes les ha costado TV3 y Catalunya Ràdio, solo desde 2008 y hasta el presupuesto de 2023 aprobado por el Govern de Pere Aragonès esta semana (incluido), entre transferencias directas, coste de personal, deuda y demás gastos corrientes, la friolera de 6.659,52 millones de euros.

Desglosado por años, más allá de las cuentas previstas para este año, que se aprobarán el próximo 10 de marzo, y al margen de las transferencias extra y la asunción de la deuda, en 2022, la CCMA gestionó 296 millones de euros. Los años 2021 y 2020 se destinaron 292,6 millones en cada periodo (el mismo porque de un año a otro se prorrogaron las cuentas de la Generalitat). El año anterior fueron 312,9 millones. En 2018 y 2017 la cifra ascendió a los 289,9 millones por año. El dinero público que se gestionó desde la televisión y la radio de la Generalitat en 2016 fue de 294,9 millones y en 2015, de 338,5 millones. Cifras mareantes.

A partir de 2015, la gestión y el control de los medios se vehiculiza a través de la CCMA. Hasta ese año, TV3 y Catalunya Ràdio son dos sociedades sin vínculos de dirección y administración, por lo que en las memorias de programas de los presupuestos de la Generalitat aparecen como entes independientes. La suma de las partidas de ambas empresas en 2014 fue de 282,3 millones; en 2013 y 2012, 366,3 millones por año; en 2011, 438,6 millones; en 2010, 459,2 millones; en 2009, 464,9 millones; y en 2008, 463,9 millones.

La futura despolitización

TV3 entra en el año 2023 en una nueva etapa, o eso esperan sus responsables y, también, el PSC, que pactó a finales de 2021 con ERC y Junts la renovación de los cargos de gobierno de la CCMA. Los socialistas situaron tres piezas en el Consejo de Gobierno del ente: Gemma Ribas, Lluís Garriga y Carme Figueras. El objetivo es despolitizar la televisión, entendiendo por despolitizar que deje de ser solo una ventana para los catalanes favorables a la independencia. Es decir que, al menos, las tesis de los catalanistas no sean despreciadas. Pero la despolitización, en todo caso, no irá a más.

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En esta línea y con este contexto se entiende la última polémica vivida en el plató de TV3. En un programa de humor se utilizó una esvástica para vincularla al PSC. Se despidió al humorista del gag, Manel Vidal, y poco después el presentador, Joel Díaz, dejó la cadena por solidaridad con Vidal y dando por buenos los insultos de Vidal a la dirección de la cadena tras la ruptura de la colaboración. Díaz, eso sí, mantiene su colaboración en Catalunya Ràdio. Fuentes oficiales de los socialistas confirmaron a este diario que habían utilizado la presencia de afines al PSC en el gobierno de la CCMA para que la presidenta, Rosa Romà, adoptara decisiones al respecto.

Otro tanto que los de Salvador Illa se atribuyen es la retransmisión del último concierto de Joan Manuel Serrat en el Palau Sant Jordi de Barcelona, la noche el 23 de diciembre. Son públicas y notorias las simpatías del cantautor catalán con el PSC. Los socialistas creen que si el último ‘tour’ de Serrat hubiera sido en los años del ‘procés’ (cerca de 2017), TV3 no hubiera retransmitido para todos los catalanes los últimos versos de las últimas canciones del ‘noi del Poble-sec’.

Habrá que esperar años para comprobar si el PSC consigue despolitizar los medios de comunicación públicos de la Generalitat: bromas hirientes en la misma dirección (contra los partidos constitucionalistas, España y el Rey), altavoz de las iniciativas de los independentistas (y mudo de las de los constitucionalistas), agitador de manifestaciones partidistas, tertulias políticas sesgadas en temas y tertulianos, lenguaje nacionalista…

Sigfrid Gras, director de TV3, ha dicho recientemente que la cadena «quiere ser la televisión de todo el mundo». Agnès Marquès, una de las periodistas estrella de la cadena, reconocía hace unos días que el ‘procés’ ha hecho «daño» a TV3 porque hubo gente que se sintió «excluida». Es el mismo argumento que utilizaban los representantes de la marca anterior de los comunes (ICV-EUiA) para exigir una televisión pública plural. «Los míos ya solo ven La Sexta», lamentaban. De momento, lo que no le va a faltar a TV3 es dinero. Aunque solo sea para el 14% de los catalanes.

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