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El recluso Dani Alves: su imperio económico y su vida personal se desmoronan

Los problemas se le acumulan a Dani Alves desde que el 20 de enero ingresara en prisión provisional sin fianza acusado de violar a una joven de 23 años en un baño de la discoteca barcelonesa Sutton el 31 de diciembre. A la pena a la que se enfrenta (entre 4 y 15 años de prisión), se le unen problemas en el matrimonio (su esposa Joana Sanz ha borrado todas las fotos del futbolista de su Instagram y se rumorea que ha solicitado el divorcio) y obstáculos económicos derivados de su presunto delito, del que la jueza Anna Marín (ahora el caso lo lleva Concepción Cantón), dejó constancia en el auto: «Existen indicios mucho más que suficientes para considerar que la madrugada del 31 de diciembre se produjo una violación en la discoteca Sutton de Barcelona y que el sospechoso fue autor de la misma».

Mientras la víctima está en tratamiento psicológico y bajo medicación, según su abogada, Ester García, Alves parece haber superado el primer impacto. El brasileño participa en los partidillos de fútbol entre reclusos que se disputan en el patio de Brians 2, comparte celda con un preso que se llama Coutinho y que fue guardaespaldas de Ronaldinho y supuestamente se siente fuerte. «Me fui de casa con apenas 15 años. He superado en mi vida situaciones muy difíciles y complicadas. Esta será una más que pasará. No me asusta nada», aseguran que le confesó a un compañero de barrotes mientras su defensa trata de conseguir la libertad condicional minimizando los riesgos de fuga (su abogado, Cristóbal Martell, presentó un recurso el lunes en el que incluso propuso la portabilidad de una pulsera telemática) y tratando de demostrar que las relaciones sexuales mantenidas fueron consentidas.

No todos creen en el principio de inocencia. Pumas, el club mexicano en el que militaba y en el que apenas disputó 13 partidos, anunció la rescisión de su contrato en cuanto fue encarcelado y le exige una indemnización de unos 4,5 millones de euros por violar los términos de comportamiento, un asunto que podría terminar en la FIFA. También sus patrocinadores le han dado la espalda. Empresas como Hygia Saúde (servicios financieros y seguros), 1xPartners (apuestas deportivas) y Ethika (firma de ropa) suspendieron todos los pagos acordados que tenían con el jugador. Adidas decidió no renovar el acuerdo que tenían y que expiraba el 18 de enero.

El músculo financiero de Alves se debilita y más después de que haya trascendido su deuda con Hacienda, que le ha embargado sus propiedades en España. Adeuda 2,35 millones a la Agencia Tributaria, tiene un piso embargado en un municipio colindante con la Ciudad Condal y solo dos de las seis empresas que creó siguen activas.

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