Culmina séptima Marcha por la Soberanía en Río Negro, Argentina

La séptima edición de la Marcha por la Soberanía culminó este sábado en Argentina tras arribar a las inmediaciones de la residencia del magnate británico, Joe Lewis, en Lago Escondido, paraje enclavado en la sureña provincia de Río Negro, fronteriza con Chile.

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Los organizadores de la manifestación, la Fundación Interactiva para Promover la Cultura del Agua (Fipca), señalaron que “cumplidos los objetivos de haber puesto de manifiesto que el Lago Escondido es patrimonio de todos los argentinos (…) se ha decidido dar por concluida la misma”.

Los manifestantes, que comenzaron la marcha el pasado sábado, arribaron en la madrugada de esta jornada a la ruta 40 luego de haber mantenido un acampe en la ribera este del Lago Escondido.

A su vez, Fipca comunicó que los integrantes de la columna de montaña se encuentran bien, entretanto, los de la columna que tomó el camino público de Tacuifí, quienes fueron atacados por baqueanos locales, “se encuentran atendidos y fuera de peligro”.

Por su parte, una tercera columna logró llegar al aeropuerto privado de Lewis en Sierra Grande con el fin de “visibilizar esta gran problemática”, la cual consideran una usurpación de su soberanía por intereses extranjeros.

“Agradecemos a todas las organizaciones participantes y al pueblo argentino por su lucha, por apoyar esta causa de soberanía nacional y recuperar el sentimiento patriótico. Las Malvinas son argentinas y el Lago Escondido también”, destacaron.

El sacerdote Francisco “Paco” Olveira, quien participó en la manifestación y realizó una huelga de hambre, afirmó que “el lago está secuestrado y tenemos que liberarlo. El lago solo lo pueden disfrutar ellos, es mucho más que abrir un camino. Ya sabemos lo que Lewis hace desde ahí, con reuniones que fueron develadas, un Gobierno paralelo, una mafia que maneja al país desde ahí”.

Jueces federales, fiscales y exfuncionarios, así como el CEO del Grupo Clarín, Jorge Rendo, han sido acusados penalmente por mantener vínculos y aceptar dádivas de Lewis en evidente violación de sus deberes como funcionarios públicos.

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