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Opinión

Consecuencias estratégicas de un inoportuno globo chino

Editorial ABC

El descubrimiento de que un globo de vigilancia chino lleva varios días surcando el espacio aéreo de EE.UU. ha tenido como consecuencia inmediata la suspensión del viaje a Pekín del secretario de Estado Anthony Blinken. Se da la circunstancia de que la noticia se conoció en el preciso momento en que el director de la CIA calificaba a China como «el mayor desafío geopolítico» que enfrenta Washington.

La suspensión del viaje de Blinken frustra el movimiento diplomático que debía seguir al reciente anuncio de que EE.UU. ampliará su acceso a otras cuatro bases militares en Filipinas, especialmente las que se proyectan hacia Taiwán. China ha admitido que el artefacto es suyo, pero afirma que cumple funciones de investigación meteorológica. El globo ha provocado las críticas de los republicanos, que consideran que el gobierno del demócrata Joe Biden desprotegió al país al no derribarlo y tomar represalias contra China. En ese contexto, a Blinken no le quedó más remedio que abortar una visita que, según algunos analistas, debía abrir paso a un periodo de distensión entre ambos países.

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