Opinión
Buenas prácticas en el Reina Sofía, asignatura pendiente
En la semana decisiva en la que se convocará el concurso para la elección de un nuevo director en el Museo Reina Sofía, ayer se dio a conocer un manifiesto en defensa de Manuel Borja-Villel, firmado por más de mil cien nombres de la cultura. El texto ignora totalmente las irregularidades detectadas por el Tribunal de Cuentas: falta de control y justificación de gastos, en compras y convenios, y la situación ilegal de los contratos de Borja-Villel desde hace una década, que incumplían la ley específica del museo.
En su lugar, el documento habla de «guerra cultural» y de «extrema derecha» para «asegurar la continuidad» de la labor y del modelo impuesto por el ya exdirector, pero no explica por qué la mala gestión de una institución cultural tan importante debe estar amparada por la impunidad. Se da la paradoja de que buena parte de los firmantes que exigen mirar para otro lado fueron en el pasado los impulsores del código de buenas prácticas que trajo a Borja-Villel al Reina Sofía. Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
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