Connect with us

Internacional

Que se acabe el invierno y salga el toro, por favor

Dice Roque Vega (Toledo, 1973), banderillero con carné desde la prehistoria de 1994: «¿Sabe qué pasa? Que cuando llega finales de septiembre o primeros de octubre, y estamos muy cargados de festejos, piensas: ‘A ver si termina ya la temporada’. Pero cuando llevamos diez días sin torear ya estamos otra vez como los drogadictos, con el mono». Y se ríe de su propia ocurrencia, claro, él que puede, que se lo ha quitado en una novillada sin caballos en La Puebla de Montalbán el domingo pasado.

Habla Roque con ABC el jueves al caer la tarde, con un frío para refugiarse en el brasero durante varias vidas y después de pegarse una caminata de 15 kilómetros por Villaseca de la Sagra entre compañeros de fatigas. Sus mañanas transcurren empleado en el mantenimiento de un bloque de pisos (se declara más bien «mañoso»), mientras que las tardes las dedica a entrenar.

«Yo trabajo porque no me queda más remedio, aunque ha habido años en que he vivido solo de los festejos. En este mundo dos y dos no son cuatro. Un año viene bien y sale todo rodado, y el siguiente te tropieza un toro y te cambian las cosas», explica. Eso sí, reconoce que «gracias a Dios no me falta». En 2022 completó 42 paseíllos yendo suelto como lidiador, sin cuadrilla fija. «A mí lo que más me cansa son los viajes, que ya no tiene uno 20 años y los animales siempre tienen la misma edad», confiesa.


Roque Vega


F. Porcuna

Graduado en Ciencias Ambientales y con un máster en Ingeniería y Gestión Ambiental, ambos títulos en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), Ignacio Martín (Toledo, 1991) trabaja igualmente por las mañanas. En su caso, una buena preparación física le proporciona el valor suficiente para vencer el miedo al toro. «El verte tú fuerte te da una mayor soltura. Hay días en los que no dispongo de tiempo para banderillear en el carretón, pero sí que saco media hora para correr», cuenta.

Ignacio, que se vistió de luces 44 veces el año pasado, acabó la temporada el 22 de octubre «y no he parado de entrenar, intento siempre estar pensando en el toro. No concibo preparar un festejo el día anterior». La primera del año será en el festival de Recas el próximo 5 de febrero, reclutado por el novillero Jorge Molina. También será su estreno en el ruedo siendo padre, ya que hace unas semanas nació su hija Matilda.

«Voy de tercero. Soy el puntillero y el que menos cobra», lo cual considera injusto. Es una reivindicación «más por prestigio que por dinero y que, al final, nos la jugamos», expresa. Ignacio recuerda cómo, en su momento, «mis padres no me dejaron apuntarme a la escuela taurina». Sin embargo, persistió en el empeño y debutó de banderillero en Retuerta del Bullaque el verano de 2012. «He ido evolucionando. Empiezas en novilladas sin picadores o festivales y ahora estoy toreando más novilladas picadas y corridas de toros», desgrana.

Advertisement

Ignacio Martín


ABC

Una alternativa soñada

Estrella Magán (Toledo, 1999) afronta con un doble objetivo el 2023: cursa el sexto y último año de Derecho y Administración y Dirección de Empresas en la UCLM y, entretanto, pretende saltar a los festejos con picadores. No resulta fácil compaginarlo. «El año pasado toreaba en Las Majadas, en el certamen ‘Promesas de Nuestra Tierra’, y el día antes tenía un examen. La verdad es que la cabeza la tenía más en la novillada, no estudié mucho y lo daba por perdido, pero luego aprobé», expone.

Se ejercita con los trastos de lunes a sábado, «ya es vicio». «La situación varía completamente de invierno a verano. En invierno entrenas, aunque no sabes cómo va a ser la temporada y a veces te pones en lo peor: ‘Madre mía. Imagínate que después del esfuerzo que estoy haciendo no toreo nada en verano’. Nunca se sabe. Cuando vas cerrando fechas, tienes otra ambición», admite. En 2022, Estrella firmó 19 contratos.


Estrella Magán


mARTÍNEZ CANTERO

Una veintena de novilladas picadas toreó Álvaro Alarcón (Torrijos, 1998), que pisó casi todas las grandes plazas: Valencia, Pamplona, Zaragoza y, por supuesto, Madrid, donde en mayo salió por la puerta grande y en octubre visitó la enfermería con una cornada en el muslo derecho. «Afortunadamente lo que sucedió fue un aprendizaje que me ha servido para recapacitar. No es tan fácil como parece y te das cuenta de la exigencia», comenta. «En invierno sufro mucho porque echo de menos el contacto con el toro, que para mí es necesario», añade.

Álvaro ha cambiado de apoderados en estos meses (de Nemesio Matías a Manuel Álvarez Canorea y Leandro Marcos) y espera ansioso el 10 de mayo, cuando tomará la alternativa en la primera corrida de la feria de San Isidro: toros de La Quinta, con El Juli de padrino y Roca Rey de testigo. «Me la ofrecieron y era un sueño. Cada día que me levanto y entreno, me motivo pensando en Las Ventas y en lo que haría en esa plaza. Además, lo poco o lo mucho que me conocen es gracias a Madrid. Estoy muy ilusionado y mi entrega va a ser máxima», promete.

Fuente

Advertisement

Nacional

Más

Populares