Las razones del deterioro de la salud de un empleado son diversas y un tanto complejas al estar directamente relacionadas a determinantes macroeconómicos, políticos, ambientales y sociales que pudieran aumentar los riesgos biológicos, químicos, físicos, ergonómicos y psicosociales en los lugares de trabajo, afectando el bienestar físico, social, financiero y mental.
Un riesgo latente que permanecía aparentemente oculto, y quedó ampliamente evidenciado durante la pandemia de coronavirus, fue el relacionado con las condiciones generales de salud, presencia de enfermedades crónico-degenerativas, afectaciones en la salud mental de los trabajadores, el cual resultó un componente crítico en el comportamiento del COVID-19 al relacionarse con mayores índices de letalidad y gravedad de la enfermedad entre la población detectada como “vulnerable” por estas condiciones pre-existentes. América Latina fue declarada por la OMS como el epicentro de la pandemia en mayo de 2020, al generar más del 40% de las muertes en el mundo. Esto representó, por supuesto, importantes repercusiones socioeconómicas.
Precisamente aquí es donde las organizaciones tienen una gran influencia y una corresponsabilidad al promover una cultura de bienestar organizacional basada en la prevención, la educación, la promoción de estilos de vida saludables, la detección de riesgos para la salud (riesgos metabólicos -hipertensión arterial, sobrepeso u obesidad, glucosa y lípidos elevados en sangre), el autocuidado y la cobertura de necesidades de la población trabajadora a través de beneficios flexibles en materia de salud y bienestar.
En un reciente estudio, “People Risk”, se precisaron los cinco pilares del riesgo de personas que están teniendo el mayor impacto en las empresas de toda América Latina. La gran mayoría (85%) de las organizaciones afirma que los riesgos de salud y seguridad de los empleados se mantienen como la mayor amenaza para su empresa, incluyendo más posibles pandemias, así como el agotamiento y salud mental de los colaboradores.
Según el estudio, 76% de las empresas en Latinoamérica están actualmente abordando este riesgo y tienen funciones y responsabilidades claras para gestionarlo. En cuanto a la salud y bienestar, el 82% de las empresas de Latinoamérica está gestionando este riesgo; sin embargo, solamente el 49% tiene sistemas efectivos y comunicaciones en el lugar para apoyar una cultura de seguridad de los empleados. El enfoque en los problemas de salud mental de la fuerza laboral (por ejemplo, ansiedad, estrés, depresión y adicción) resulta crítico en estos momentos. Solamente el 66% de las empresas está actualmente abordando este riesgo.