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Delirio de Corea del Sur en el tiempo extra

Es el delirio para otra selección asiática. Corea del Sur toca el cielo ante Portugal con un gol en el tiempo extra y se clasifica para los octavos de final porque Uruguay no lo impide con otro tanto en el partido contra Ghana. Una barbaridad en un contragolpe fulminante. Otra sorpresa en este Mundial.

Portugal ha llegado plácida hasta esta frontera de los octavos de final y esto no se explica tan fácil. No enamora con su juego, no es una roca en defensa, Cristiano Ronaldo ha cumplido 37 años, no tiene otros jugadores diferenciales, su entrenador Fernando Costa Santos es de sobra conocido por su racanería táctica…

No es sencillo, salvo que se puede considerar a este grupo uno de los más flojos del Mundial. La realidad es que Portugal llega sin réplica a la última jornada de los grupos, casi garantizada como primera salvo unas cuantas carambolas, y puede afrontar el partido ante Corea sin la tensión que ha presidido estos días el Mundial.

Joao Félix, suplente

La tarde se pone de cara a los lusos gracias a una rápida penetración por la derecha de Dalot que finaliza en gol Ricardo Horta, el delantero que deja en el banquillo a Joao Félix, quien no termina de ganar una plaza indiscutible en su selección como tampoco lo ha logrado en el imperio del cholismo.

Corea del Sur se repone de inmediato. Quiere seguir en Qatar. Llegan malas noticias desde el otro duelo, los goles de Uruguay, aunque a los coreanos tanto les da. Su única obligación para seguir es tumbar a Portugal.

Eso no es tan simple en el método de Costa Santos, un entrenador celoso de su portería que no ha triunfado en ese aspecto en el Mundial. Kim Younggwam aprovecha la indecisión en un córner para colocar otro gol en la cazuela de Diogo Costa, un cancerbero que provoca sudores fríos.

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Con el empate Portugal estira el cuello, Cristiano Ronaldo saca la cresta y tiene dos ocasiones que tal vez antes no fallaba. Los vecinos parecen mejor equipo que los asiáticos, aunque sin estridencias. El marcador no se altera en la primera parte y todo queda a expensas de la emoción probable que se vive estos días en los desenlaces mundialistas.

Corea del Sur no sabe cómo meter el diente al partido, no decide intervenir la portería de Diogo Costa, jugársela a una carta. No quiere recibir el contragolpe con sentencia de Cristiano, sino un gol de alivio que lo mantenga en pie. Sin más.

No es la mejor actitud, aunque no llega a la mezquindad de la Polonia especuladora. Son, el mejor coreano, es el más capacitado para hacer daño a la banda de Pepe, que todavía campea por la zaga de Portugal.

El seleccionador luso, ese señor que parece siempre enfadado, retira a Cristiano, descanso para lo que viene, y Portugal se libera de una especie de cliché según el cual todos los balones tienen que acabar en el astro ahora sin equipo.

Corea empuja mirando de reojo su portería, pero le falta frescura e imaginación. Ataca con poca gente y sus laterales no llegan. Pero en una arrancada meteórica de Son, contragolpe conducido con inteligencia, espera la llegada de Hwang, sirve un pase magnífico y su compañero la clava en la red. Locura coreana porque el gol les clasifica para octavos de final. Solo un gol de Uruguay puede romper esa felicidad, pero los sudamericanos no atinan ante Ghana y quedan eliminados.

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