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El PSOE solo se impone al PP en País Vasco y Cataluña, donde Feijóo recorta distancias

La encuesta de Gad3 para ABC ofrece también un desglose de escaños por provincias. Este sería el reparto de diputados por circunscripción si ahora hubiese elecciones generales. Y la primera lectura es muy clara: salvo en Asturias (empate), Cataluña y País Vasco el PP logra más escaños que el PSOE en todas las comunidades autónomas.

El vuelco al mapa es absoluto. En noviembre de 2019 el PSOE obtuvo más escaños que el PP en diez comunidades autónomas. Los populares solo lograron sacar más representación que los socialistas en Castilla y León, Cantabria. Además del escaño de Melilla.

El salto a la primera posición por parte del PP y la mayor distancia que se abre con el tercer partido explican la mayor capacidad del PP para imponerse en casi todas las regiones. Los socialistas solo se imponen al PP en las provincias vascas y catalanas. Pero la existencia en esos feudos de varias fuerzas independentistas limitan enormemente la ventaja que el PSOE puede sacar al PP. Tan solo en la circunscripción de Barcelona los socialistas logran una ventaja notable sobre el PP de 9 frente 4.

En el caso de Cataluña los socialistas volverían a lograr 12 escaños. Además el PP pasaría de 2 a 6 diputados. La aspiración socialista es ir caminando hacia aquellos 25 diputados que el socialismo catalán aportó en 2008 a la victoria de José Luis Rodríguez Zapatero. Pero tras una legislatura condicionada por su entendimiento con ERC, tras conceder los indultos y proceder ahora a la supresión de la sedición, el PSOE no crece en Cataluña. Y no lo hace porque las posiciones de los independentistas siguen muy sólidas. Pese a que el PSC a nivel autonómico ha revivido, de cara a las generales no se produce esa traslación. ERC seguiría con más representación, logrando 13 escaños.

En País Vasco el PSOE sigue en 4 y el PP logra el segundo diputado. Una ventaja que los populares compensan por ejemplo en la Región de Murcia, uno de sus feudos históricos, donde logra una ventaja de 5 a 3 parlamentarios. Del mismo modo que esos seis escaños de ventaja que los socialistas logran en Cataluña los resta el PP con su ventaja en la circunscripción de Madrid. Ahí la ventaja del PP sobre el PSOE es de 16 a 10. En 2019 el resultado fue de empate a 10.

Compensado el reparto entre los feudos históricos de cada partido, el PP empieza a cimentar su ventaja. Y lo hace empezando por Andalucía. En noviembre de 2019 se había cumplido ya casi un año del cambio en la Junta de Andalucía. Pero de cara a las elecciones generales seguía vigente el predominio del PSOE. Los socialistas obtuvieron 25 diputados en esa región frente a 15 del PP. Una ventaja de diez escaños para el PSOE que ahora pasa a ser un margen de cuatro diputados a favor del PP, con un reparto de 26 a 22 escaños.

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Una lenta sangría

En lugares como Madrid o Andalucía que reparten muchos escaños se explica muy bien la tendencia electoral: el PSOE no cae bruscamente, incluso en algunos lugares llega a mejorar levemente. Pero no puede resistir el fuerte aumento del PP. Incluso en la Comunidad Valenciana el PSOE mejora un escaño, pasa de 10 a 11, pero el PP sube más pasando de 8 a 13.

Es cuando se desciende hacia circunscripciones con menos representación empiezan los problemas para el PSOE. ABC analizó hace dos semanas una de las características de nuestro sistema que más van a explicar el cambio de aritméticas respecto al ciclo que se abrió en 2015. Aunque desde luego no llegaremos al tiempo de bipartidismo imperfecto de los años previos. La clave va a estar en las provincias pequeñas y medianas. La circunscripción provincial como gran protagonista. Hay una bolsa de 99 escaños del total de 350 que tiene el Congreso de los Diputados que se deciden en 25 provincias que reparten entre tres y cinco escaños. Y en todas ellas, la diferencia entre ser tercera o cuarta fuerza puede suponer una decena de escaños menos para el bloque. Y en muchas, además, si el tercero queda muy descolgado se queda sin escaño. Todo eso sucederá.

En este barómetro podemos ver cómo provincias que reparten cuatro escaños como Lugo, Orense o La Rioja en la que el reparto fue 2-2 entre PSOE y PP se pasa a un reparto de 3 a 1 a favor de los de Alberto Núñez Feijóo. En otras como Salamanca el PP logra un tercer escaño en detrimento de Vox que, por contra es quien se lo quita al PSOE en Burgos. El PP va a lograr por ejemplo el segundo escaño en Ávila o Segovia en detrimento de Vox. Y en provincias como Cuenca y Huesca donde el PSOE se impuso 2-1 en 2019 ahora el reparto será de 1-2 favorable al PP. En Aragón, Castilla-La Mancha y Extremadura se encuentran muchas de esas provincias pequeñas y medianas. En esas tres regiones gobernadas por tres de los barones más distantes con Sánchez el PSOE pierde cinco escaños. Habrá voto dual con las elecciones de mayo.

Así, el PSOE va a resistir en voto. Pero al ser primera fuerza el PP, en muchas circunscripciones pequeñas y medianas va a perder escaños como un lento goteo. En las grandes aguantará gran parte de su representación, pero el PP la mejorará. Además, el PSOE tiene el factor en contra de que en los dos enclaves donde es muy superior al PP son los independentistas los que se quedan buena parte del pastel.

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