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Internacional

La elección del BID expone las fisuras de las izquierdas latinoamericanas

Quien sigue a detalle los mensajes del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, se pudo haber sorprendido el lunes cuando el mandatario se mostró molesto por el resultado de las elecciones a la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). López Obrador ha pasado los cuatro años de su mandato descalificando, atacando o minimizando el trabajo de organismos multilaterales. ¿Por qué, ahora, le parece tan importante?

La respuesta tiene más que ver con su intento por ser un líder de la izquierda en América Latina que con el propio BID. Los resultados de la elección el domingo le dieron la victoria al brasileño Ilan Goldfajn, exdirector para el Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), quien fue nominado por la Administración del presidente Jair Bolsonaro. A media campaña de Goldfajn por el BID, Brasil celebró elecciones en las que resultó ganador el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva. Lula, como se le conoce, optó por continuar la campaña de Goldfajn, quien finalmente aseguró el voto de 17 países miembro del BID y ganó la presidencia. Goldfajn ocupará el puesto desde el 19 de diciembre.

Goldfajn fue el segundo candidato anunciado. La primera fue la mexicana Alicia Bárcena, exsecretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Después de que algunos políticos en Estados Unidos se opusieran a Bárcena por su simpatía con la izquierda, la diplomática pidió retirarse de la contienda. López Obrador, quien la había nominado, dijo en una conferencia de prensa que Bárcena optó por salir para atender problemas de salud en su familia. Con solo una semana restante para hacer campaña, López Obrador postuló al economista Gerardo Esquivel.

Por su parte, el Gobierno de Gabriel Boric, en Chile, postuló a su propio candidato, el exministro de Hacienda Nicolás Eyzaguirre. Argentina, también con un Gobierno de izquierda, postuló a su candidata antes de reiterarse de la contienda horas antes de la elección. El resultado fue devastador para México, que terminó en tercer lugar con solo el 8,2% de apoyo, el cual varía dependiendo de la cantidad de acciones que cada país miembro tiene. EE UU cuenta con el 30% del poder de voto, mientras que Argentina y Brasil tienen más del 11% cada uno. México tiene 7,3%.

Considerando que Goldfajn ganó con el 80% del voto, es muy probable que haya contado con el apoyo de EE UU. La aritmética apunta a la posibilidad de que Argentina haya votado por Goldfajn, quien, por cierto, como funcionario del FMI, fue crítico del programa de financiamiento otorgado por el FMI al Gobierno argentino.

El lunes, en conferencia de prensa, López Obrador se quejó: “No hay un cambio en la elección del director del BID, es más de lo mismo, es lo que se ha venido aplicando durante todo el periodo neoliberal, se ponen de acuerdo con el visto bueno de Estados Unidos y así eligen”.

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De haber postulado un candidato único que representara a la izquierda en toda la región, Goldfajn no hubiera garantizado tal ventaja. Pero después de la salida de Bárcena, los gobiernos de Chile, Argentina y México fallaron en alinearse detrás de un solo candidato, lo cual debilitó esa posibilidad. Este quiebre llega en un momento en que la izquierda ha ido ganando presidencias en América Latina en las últimas elecciones, incluyendo en Brasil, Perú y Colombia. La elección se prestaba para elegir un representante de esta nueva ola para encabezar el BID, el cual tradicionalmente ha estado a cargo de un latioamericano (con la excepción del estadounidense Mauricio Claver-Carone, postulado por Donald Trump, quien fue destituido a los dos años de su mandato).

Que Argentina no se haya alineado detrás de México es de particular interés ya que el presidente Alberto Fernández y López Obrador han protagonizado varios encuentros cercanos en los que promueven la unidad en la región y entre gobiernos de izquierda. Fernández tenía programado viajar a México este viernes para la cumbre de la Alianza del Pacífico. El que pudiera ser un incómodo encuentro ahora está en el aire, después de que el anfitrión, López Obrador, propuso el lunes que la reunión se lleve a cabo en Perú, ya que el presidente de aquel país, Pedro Castillo, no obtuvo la autorización de su Congreso para viajar fuera del país. Por otro lado, los medios en Argentina reportan que Fernández no asistirá por órdenes del médico.

Si bien el péndulo en América Latina columpia ahora mismo hacia la izquierda, no todas las izquierdas son iguales. Boric, en Chile, ha denunciado violaciones de derechos humanos en Venezuela y en Nicaragua, mientras que Gustavo Petro, en Colombia, reinició relaciones diplomáticas con su país vecino. En México, López Obrador se ha enemistado con quien él considera son “conservadores”, incluyendo a feministas y ambientalistas. Estas son causas cercanas a los gobiernos de Fernández y Boric, respectivamente. Para los gobiernos de izquierda en la región, la llegada de Goldfajn al BID representa un fracaso en un momento de oportunidad para integrar a la región.

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