Países que no suban tasas de interés perderán valor de su moneda. Pero vender los bonos del país de las barras y las estrellas bajarán el valor, y esto provocará que las tasas de interés aumenten por parte del banco central de Estados Unidos y se creará un círculo vicioso, lo que podría ocasionar una recesión prolongada.
Hoy el juego financiero es que los inversionistas prestan dinero a países que tienen una alta tasa de interés, debido a que si prestan a un 5% y la inflación es del 15%, estos pierden 10%; por lo tanto, no prestarán a un país que tiene esa condición y si esta nación baja o mantiene el porcentaje, nadie le prestará.
Al parecer hay un exceso de liquidez, pero podría ser todo lo contrario y estaría originado cuando los inversionistas se queden sin dinero para invertir, lo que provocaría la caída de las Bolsas de Valores de forma profunda y podría ser mayor que la crisis del 2008. En aquella ocasión, para salir de la situación se imprimió más dinero y en la actualidad este escenario no puede ser posible, debido a que solo generaría más inflación.
Entonces, tener una moneda fortalecida ayuda a controlar a la inflación porque muchos países tienen que importar bienes que las personas consumen. Si la moneda baja y tienen que comprar en dólares estadounidenses tendrán que pagar más caro esos bienes, en su moneda, y eso hace que suba la inflación.
Actualmente no sabemos si habrá o no una recesión, ni qué tan grave podría ser o qué países la tendrían. Podríamos plantear si las economías de ciertos países caerán a una depresión, que significa cuando la gente no tiene dinero para poder comer, tener una casa propia o en alquiler, pagar facturas de luz o gas. Para cubrir lo anterior se debe tener más de dos trabajos, cuyo fin es subsistir. Pregúntate, ¿estás en una depresión económica?
Epifanía: estamos ante una recesión inminente, no para el 2022, sino en 2023, ante el incremento de las tasas de interés. Los bancos centrales no pueden continuar imprimiendo moneda y la única forma de controlar la inflación es aumentar el costo del dinero; esto traerá como consecuencia una depresión en los hogares.
Dilema: hoy los bancos centrales tienen que decidir si salvan su moneda, llevando a la económica a una recesión.
En México no estamos exentos de esta situación. Nuestra moneda está fortalecida porque tenemos un mayor número de dólares entrando a nuestro país, no por inversión directa, turismo o por exportaciones de barriles de crudo, sino por las remesas enviadas por nuestros paisanos. A partir del 2016, cuando los ingresos por crudo y turismo bajaron, las remesas aumentaron y a la fecha han mantenido al tipo de cambio estable.
Debido a contratos con salarios por debajo de los que había antes de la pandemia, muchas personas en México han perdido poder adquisitivo, y ante una inflación alta -ligada a un costo alto de dinero-, entrará en una depresión económica individual de largo plazo.