La historia del ‘western’ está teñida con cierto sabor agridulce por su manera de representar a las tribus de nativos americanos como salvajes y violentas amenazas de los impecables héroes cowboys. No así el clásico que hoy nos ocupa, que quiso darle la vuelta a la representación de los nativos y revolucionar el género con un enfoque crepuscular y emotivo. Hablamos de Un hombre llamado caballo.
Una cinta que quiso cambiar el enfoque clásico del género y terminó volviéndose un clásico en sí mismo, recuperado hoy para los Días de cine clásico en La 2 de TVE. Se podrá encontrar en su plataforma de RTVE a la carta, aunque también está gratis y sin suscripción en la plataforma de Plex. Cualquier método es válido para aproximarse a este estupendo film de Richard Harris dirigido por Elliot Silverstein.
Harris interpreta a un aristócrata inglés del año 1825 llamado John Morgan, que vive de manera bastante acomodada y sin preocupaciones moviéndose por el salvaje Oeste. Esta actitud despreocupada y privilegiada se volverá en su contra cuando le asalten los combatientes de la tribu Sioux, habitantes de la zona por la que pasa puntualmente. Los nativos terminan apresándole contra su voluntad.
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Convertido en esclavo y sirviente en su secuestro, deberá ponerse a las órdenes de la madre del jefe de la tribuo, una desvalida mujer mayor de la que aprenderá más de lo que pensaba. De hecho, toda la experiencia transformará por completo su actitud vital, conectando con los que antes no veía más que como meros salvajes y fascinado por sus costumbres y su fortaleza. Así, iniciará el proceso de convertirse en uno de ellos, aunque tenga que pasar por un ritual bastante brutal que supone uno de los momentos más duros de la película.
Un hombre llamado caballo logra distinguirse por esa aura tan emocional con el que aborda temas como el honor y la amistad inesperada, que adereza con cierto toque de cine de supervivencia y aventuras que hereda de un clásico literario como John Carter de Marte. El extranjero fascinado por las costumbres locales se volverá piedra fundacional para otros ‘westerns’ como Bailando con lobos y hasta piezas de ciencia ficción como Avatar.
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Aunque la verdadera motivación detrás de la película fue ofrecer una perspectiva más respetuosa con los nativos americanos, incluyendo comunidades como los citados Sioux, y marcar una etapa de cierre para el género con un aire más crepuscular. Su búsqueda de la autenticidad y el respeto fueron muy estimados, aunque algunos activistas nativos criticaron que la historia seguía enmarcada por la perspectiva del personaje blanco, haciendo el retrato incompleto.
Aun así, la película de Silverstein resulta conmovedora por los sentimientos honorables y el respeto que busca procesar. Momentos como el citado ritual por el que pasa el protagonista tienen todavía cierto impacto, y el trabajo que hace Richard Harris hace muy efectiva la evolución que tiene el protagonista. Una cinta que vale la pena recuperar para una noche de cine estupenda.
Un hombre llamado caballo se podrá ver esta noche en La 2. También gratis en streaming a través de Plex.
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