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Luis Enrique, sobre la rebelión en la selección femenina: «Es una situación totalmente anormal»

El impacto por la rebelión de quince internacionales de la selección femenina ha alcanzado de lleno a la concentración de la selección masculina, que aterrizaba este viernes en Zaragoza con el shock aún latente por una decisión inédita en el fútbol español. Le tocó a Luis Enrique responder sobre lo ocurrido. Lo hizo, pero sin querer entrar al fondo del asunto. Por una vez, el asturiano no se mojó: «Es una situación totalmente anormal. Con una gestión difícil. No tengo la más mínima duda de que la Federación la va a gestionar de la mejor manera posible. ¿Si me pasara a mí? Eso es un condicional. Un poco ‘y si hubiera esto o lo de más allá. Demasiados ‘y si’. El único Isi que conozco juega en el Rayo y es un gran futbolista». De idéntica manera contestó Busquets, siguiendo al dedillo lo dicho por su seleccionador: «Tenemos un partido muy importante mañana y no es el momento. Está en manos de la Federación y seguro que lo van a gestionar e la mejor manera».

Más allá de ese espinoso asunto, Luis Enrique quiso hablar mucho de Suiza y poco del Mundial, por más que la corriente diga lo contrario. Zaragoza ha brindado un caluroso recibimiento a la selección española, recibida a lo grande en la capital aragonesa para afrontar este sábado el duelo ante Suiza que abre esta última ventana de la fase de grupos de la Nations League. España se juega, entre mañana y el martes, fecha del partido ante Portugal en Braga, la clasificación para la Final Four del próximo mes de junio. No es un asunto menor, pero en el entorno del equipo nacional no es ese asunto el que marca el ritmo de los acontecimientos. La cercanía del Mundial, a dos meses vista, lo impregna ya todo, desde las preguntas de los periodistas hasta la ilusión de los aficionados,pasando por la motivación de los jugadores, que el propio entrenador reconoce por encima de lo habitual.

Así afrontó Luis Enrique la rueda de prensa oficial previa al encuentro contra los suizos desde un escenario, La Romareda, que no acogía un partido de la selección desde 2003 (derrota ante Grecia por 0-1). Será la sexta vez que España juegue en Zaragoza y el ambiente no puede ser más favorable. Habrá lleno absoluto en el coliseo maño después de que este mismo viernes se haya vendido un último paquete de entradas devueltas por la federación suiza. «Aquí he venido siempre de visitante y el público aprieta. Zaragoza me gusta, el estadio destila historia del fútbol. El público nos va a llevar en volandas. Si les podemos devolver un poco lo que he visto en los entrenamientos será fantástico».

Insistió en eso Luis Enrique, en la calidad de los entrenamientos que ha visto esta semana en Las Rozas: «Cuando ves entrenamientos de este nivel y de este perfil es muy difícil que estén todos a tope. Es la primera vez que los veo a todos tan preparados. Podría tirar unas bolas al aire y que jugasen las que cogiese, porque están todos muy bien. Quizá la cita que aparece detrás de la cortinas motiva a todos. El ritmo de entrenamiento ha sido bestial. Ha sido una semana muy positiva».

«Sería maravilloso poder hablar con los jugadores durante los partidos. Seguiré utilizándolo en los entrenamientos» dijo sobre la posibilidad de que la FIFA y la UEFA dejaran utilizar en un encuentro oficial su último invento de comunicarse con los jugadores a través de un walkie-talkie. «l único hándicap es para el jugador, porque en un partido la tensión aumenta. Como entrenador me encantaría solo poder dar órdenes al pivote».

Sobre el once, como siempre, no dio pistas, aunque aseguró que Morata y Borja Iglesias podrían jugar juntos: «Los buenos jugadores siempre pueden jugar juntos. La manera de atacar no cambia según esté un jugador u otro».

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Y no se libró el técnico sobre la pregunta de rigor sobre su futuro en el banquillo de la selección, por más que la respuesta sea siempre la misma: «El futuro no existe, el futuro es hoy. No hay ninguna novedad respecto a este tema porque las dos partes lo hemos decidido así. Lo hemos acordado así entre nosotros y no lo vamos a cambiar». La decisión, por tanto, después del Mundial.

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