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Los Tigres le ponen garra al festejo

CIUDAD DE MÉXICO.

El poder de Los Tigres del Norte dominó la Plaza de la Constitución la noche del Grito de Independencia, un 15 de septiembre esperado por los mexicanos tras la pandemia de covid-19.

Los Jefes de jefes se encontraron con un Zócalo lleno, húmedo por la lluvia intermitente, y un público arropado por impermeables, paraguas y chamarras, así como una larga suma de horas para apartar su lugar. Otros acudieron con insignias en verde, blanco y rojo; pestañas y bigotes postizos; sombreros de charro, máscaras de lucha libre y vestidos coloridos, e incluso zapatos de tacón.

Niños en los hombros, gente vestida de marca, gente humilde; extranjeros y paisanos; conocedores de la agrupación y nuevos escuchas.

¿Y los cubrebocas? Los más, sin él. Así llegó la multitud a La Reunión, título del álbum y gira de la agrupación de música norteña.

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Algunos optaron por la fiesta, con cerveza en mano o cigarro de mota, elementos que, aunque prohibidos, al no haber minuciosa revisión de bolsas ni mochilas, pasaron inadvertidos al primer cuadro de la ciudad.

Los olores se combinaron. A cigarro, humedad, cansancio y ánimo de bailar; a humo.

El canto y el baile iniciaron con Jefe de jefes, a las 20:47 horas, con un cielo nublado, pero sin lluvia.

¡Buenas noches, México! ¡Gracias, muchísimas gracias! En este año esto es inolvidable para unos servidores. Esperamos que la pasen súper bien. Les cantaremos las canciones que ustedes quieran y van a escuchar canciones como ésta”, destacó Jorge Hernández, vocalista y acordeón de la agrupación, antes de Mi buena suerte.

Músicos de pocas palabras, pero de muchas canciones, lanzando cariño previo antes de cada tema, siguieron con No pude enamorarme más, La reina del Sur, La mesa del rincón, Quiero volar contigo, Ni parientes somos y La reunión, está última en homenaje a su público y como bienvenida en este encuentro masivo en el corazón de la CDMX.

Las desafinadas no importaron, igual la gente bailó, cantó y fue complacida con Contrabando y traición, La manzanita, La jaula de oro, Pedro y Pablo, La granja, El contagio, Señor locutor, La camioneta gris, La prisión de amor, La bala, José Pérez León y, con efecto sonoro de metralleta, Pacas de a kilo.

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