Adaptación de la famosa novela juvenil homónima de Roald Dahl, Matilda es una de esas películas inolvidables cuyo niño protagonista se convierte en un referente para otros tantos y pasa a formar parte esos tantos recuerdos infantiles en los que a menudo piensan con nostalgia. Sin embargo y aún a pesar de ser un auténtico clásico de los 90, la cinta, estrenada en 1996 y protagonizada por Mara Wilson, Danny DeVito y Rhea Perlman, no fue precisamente un éxito en su estreno y su recaudación en taquilla ni siquiera consiguió superar el presupuesto que se había invertido en ella.
De Matilda, no obstante, guardamos un montón de recuerdos. Nos acordamos de la terrorífica directora Trunchbull que tan mal trataba a sus alumnos, de la dulce señorita Honey que no podía hacer mejor honor a su nombre y del torturado niño que casi explota comiendo tarta de chocolate, pero, si hay una cara que permanecerá en nuestra memoria para siempre es sin duda la de su encantadora, poderosa y megainteligente protagonista: Matilda, una niña pequeña absolutamente desatendida que no encuentra en su hogar los estímulos que necesita.
La encargada de dar vida a Matilda fue la joven actriz Mara Wilson, una joven intérprete que en el momento del estreno de la película tenía 9 años y que ya había aparecido en otras películas bastante populares de la época. Su primer papel había tenido lugar tres años antes, cuando apenas contaba con 6 años, junto a Robin Williams en La señora Doubtfire, papá de por vida (1993), mientras que también había aparecido en la famosa serie Melrose Place y protagonizado la tierna película navideña Milagro en la Ciudad.
Matilda es su papel más conocido, pero, durante años, Mara Wilson fue una de esas niñas intérpretes que parecía que todo el mundo querría tener en su película. Tras la adaptación de la obra de fantasía, Wilson protagonizaría El hada novata (1997) y Thomas and the Magic Railroad (2000), pero, tras esta última, la joven actriz sencillamente desapareció.
¿Qué pasó con la aventajada y dulce actriz que había cautivado a medio mundo con su ternura e inocente mirada? La historia la contaría la propia Mara Wilson, quien experimentó un rechazo que le hizo sufrir mucho durante su pubertad.
Su ascenso a la fama había sido rápido y espectacular y la joven estaba encantada con su profesión, le encantaba actuar. Sin embargo, en una entrevista en profundidad con NPR muchos años despues, Wilson admitiría que quizá las cosas le hubieran ido mucho mejor si hubiese dejado atrás su sueño una vez hizo Matilda. Un momento agridulce para ella, puesto que supondría el punto más álgido de su carrera, pero que, al mismo tiempo, coincide con la muerte de su madre: “A veces desearía haber dejado de actuar después de Matilda. Realmente no había ningún lugar al que pudiera ir desde allí. Creo que ya estaba empezando a envejecer y hubiera sido un buen momento para reevaluar las cosas”, confesaba Wilson en la entrevista. “Pero creo después de la muerte de mi madre sentí que tenía que seguir adelante porque el cine era la única constante en mi vida”.
Estaba muy deprimida, estaba muy ansiosa, apenas puedo recordar el estreno de ‘Matilda’. Solo tengo vagos recuerdos del estreno, y fue muy duro para mí. Así que creo que definitivamente me desencanté un poco con la actuación, con Hollywood, mientras que, al mismo tiempo, era una muleta para mí
“Mi aspecto estaba a medio camino entre una niña y un adulta”, explicaba Wilson. “La gente no sabía qué hacer conmigo, y yo lo sabía, lo sentía y me dolía mucho”.
Sobre esto mismo, Mara Wilson también hablaría en su biografía, Where Am I Now: True Stories of Girlhood and Accidental Fame, en la que hace un desgarrador relato sobre lo que sucede con frecuencia a muchas estrellas infantiles y que a ella le hizo sufrir demasiado:
“Miraría a Keira (Knightley), que es dos años mayor que yo, en las revistas y pensaría: ‘De ninguna manera voy a estar tan buena como ella en dos años. Las cosas apenas habrán cambiado’. Me sentía, y a veces me sigo sintiendo así, molesta cuando conocía gente, porque parecían decepcionados de que no fuera mona”. Así, cuando percibió que se estaba enfrentando al final de su carrera cuando ni siquiera había terminado la escuela elemental, Wilson asegura que se dio cuenta de que tenía pocas opciones:
Como yo lo veía, tenía tres opciones: someterme a una cirugía estética e ir a las pruebas para personajes de mejor amiga guapa y divertida, quedarme como estaba e ir a por escasos papeles para mujeres jóvenes, o aceptarme a mí misma y renunciar a la idea de una carrera como actriz en Hollywood
“Cuando ves que el último trabajo de alguien es Thomas and the Magic Railroad cuando solo es un niño de 12 años, piensas, ‘Oh, qué triste’”, sentencia la actriz en su descorazonador relato. Y precisamente sobre esa película Wilson guarda algunos recuerdos traumáticos, puesto que su cuerpo estaba cambiando en ese momento: “Llegué al set un día después de unos meses de ausencia, y la gente se miraba preocupada. Estaba horrorizada, me sentí avergonzada, sentí que había hecho algo malo aunque no lo había hecho. Sacaron sostenes deportivos que básicamente eran sujetadores y estaban destinados a sujetar mi pecho. Me sentí completamente humillada. Cuando estás en la escuela secundaria, cuando eres preadolescente, siempre te preocupas: ¿Están todos hablando de mí a mis espaldas? Y aquí todo el mundo lo estaba”.
A partir de entonces, Wilson perdía cada vez más papeles en los castings, mientras que otras jóvenes estrellas comenzaban a despegar en papeles que hubieran sido para su edad. Así, Wilson tomó la decisión de retirarse de la actuación en la pantalla y no volvió hasta doce años más tarde. “En la universidad me dormía durante mis clases de interpretación, me saboteaba a mí misma, porque tenía mucho miedo de que la gente me viera como actriz”, recordaba para NPR sobre aquella época. “Fue entonces cuando comencé a centrarme más en la escritura. Escribir siempre me había gustado”.
Desde que Wilson volvió a actuar en 2012, la mayor parte de sus papeles han sido de doblaje o intepretándose a su misma, así como algunos cameos en alguna serie más popular, como Broad City. Pero la mayor parte de su tiempo la invierte en ser escritora a tiempo completo. Mara Wilson escribe su propio blog, pero también artículos para Elle, The New York Times y otras numerosas publicaciones. Asimismo, la escritora también está muy volcada en cuestiones sociales y activismo, y a menudo hace campaña y dedica sus textos a importantes cuestiones relacionadas con la salud mental y temas LGBTQI.
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