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Acusan al Barcelona de bullying y acoso

Desde la llegada de Joan Laporta a la presidencia en su primera etapa (2003-2010) el Barcelona ha tratado de aunar los éxitos en el terreno de juego con la puesta en práctica de una serie de méritos extradeportivos al margen de la competición, como el compromiso con Unicef. La entidad ha pasado de ser ‘más que un club’ a presumir de ‘valors’ como «la humildad, el esfuerzo, la ambición, el respeto y el trabajo en equipo». Y el club espera que cada jugador, familiar y aficionado lleve estos valores fundamentales consigo, tal y como explica en su página web.

No obstante, esta filosofía ha estallado por los aires en la segunda etapa de Laporta al frente del club. La presión sobre Ilaix Moriba el año pasado o sobre Dembélé en enero para que renovaran, o las amenazas y decisiones que afectan a los jugadores que el club quiere traspasar este verano, como Frenkie de Jong, Umtiti o Braithwaite, le han reportado virulentas críticas.

El último en recriminar la actitud del presidente y del entrenador ha sido Riqui Puig, traspasado a Los Angeles Galaxy después de que Xavi le dejara bien claro que no contaba con sus servicios. «Estar en Barcelona mientras todos mis compañeros estaban en Los Angeles jugando partidos… La verdad es que a mí me dolió muchísimo. A veces hay que tomar decisiones, ellos tomaron ésta, pero no la comparto», se quejó en Fox Sports tras ser presentado con su nuevo equipo de la MLS. Y añadió: «Tengo que darle las gracias al Barça porque gracias a ellos soy quien soy como jugador. El último tramo de mi vida en Barcelona no fue como me gustaría o no me trataron como me gustaría. Es algo que se puede olvidar y no pasa nada».

Una situación que no es nueva y que parece caracterizar a Laporta y a su guardia pretoriana, dispuestos a priorizar la finalidad por encima de los medios. Frenkie de Jong y Martin Braithwaite lo siguen viviendo en sus carnes. El sacrificio del neerlandés es la solución que ven los actuales gestores del club para poder acometer todos los refuerzos que ha pedido Xavi (tras activar las cuatro palancas económicas con ventas de activos y patrimonio, aún falta por inscribir a Jules Koundé y concretar el fichaje de Marcos Alonso y Bernardo Silva). Le piden que se acepte la oferta del United o que se someta a una rebaja salarial, opciones que no entran en los planes del centrocampista, que ha dejado claro que no se mueve del Camp Nou.

La situación de De Jong ha generado malestar en Países Bajos y exfutbolistas con ascendente en su país han criticado la forma de actuar del Barcelona, que amenazó con no permitir a De Jong realizar la gira por Estados Unidos. El exmadridista Rafael Van der Vaart fue uno de los primeros en censurar el comportamiento de Laporta. «Esto es mafia y tienen que ser castigados. ¿Cómo diablos se pueden comprar jugadores cuando no se tiene dinero? Me parece una vergüenza. ¿Frenkie gana demasiado? Primero firmas un contrato y luego lo cumples o te vas en buenos términos, pero no así», explicaba en ‘Ziggo Sports’, añadiendo que «el nombre del Barça ha quedado muy mal en el mapa».

El mítico Marco van Basten ampliaba en el mismo medio de comunicación su incredulidad: «Johan Cruyff se habría avergonzado de ver cómo se está comportando el Barça con Frenkie de Jong. El Barça ha estado por debajo de sus estándares».

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Y como no hay dos sin tres, también desde Dinamarca se ha cuestionado la forma de actuar del club catalán con Martin Braithwaite, al que Xavi le dejó muy claro que debía buscarse equipo si quería disponer de minutos. El técnico refrendó con hechos su intención, ya que no le convocó para la gira estival por Estados Unidos y le ha dejado sin dorsal para esta temporada. Además, como era previsible, tampoco le convocó para el primer partido de Liga ante el Rayo Vallecano, lo que ha sido tildado de «bullying y acoso».

A pesar de la claridad con la que el egarense le explicó su situación en el equipo, el danés no tiene intención de facilitar su salida y se empeña en cumplir los dos años de contrato que aún tiene firmados con el Barcelona. A falta de dos semanas para que cierre el mercado de fichajes, la situación parece enquistada, porque pretende que el club le abone la totalidad del contrato que le queda por cumplir, mientras que el Barça le ofrece la carta de libertad para que pueda exigir un bonus de fichaje al equipo en el que recale, ya que llegará gratis. Esta situación ha molestado mucho a la dirección deportiva del club catalán, que no descarta darle la libertad cuando el mercado ya esté cerrado para que se quede sin equipo.

Michael Sahl Hansen, director de la Asociación de Jugadores de Dinamarca, ha denunciado la actitud del Barcelona. «El trato que está experimentando Martin es completamente irrazonable. Algo que probablemente se encuentre entre la intimidación y el acoso. Es vergonzoso cómo el Barcelona está tratando de sacarlo de su contrato, de su empleo. Un jugador que vino a su rescate cuando estaban presionados ahora está en desgracia. ¿Dónde está la decencia? Le correspondería a uno de los clubes más grandes del mundo tratar a sus jugadores con mayor respeto», criticó Hansen.

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