YouTube cancela el canal de Borja Escalona tras el escándalo de la empanadilla

YouTube cancela el canal de Borja Escalona, el ‘youtuber’ que exigió comida gratis por sacar a un bar gallego en una transmisión en vivo. Todo comenzó cuando una de las camareras del establecimiento no quiso regalarle una empanadilla de dos euros, por lo que Borja Escalona optó por amenazarle con pasarle al local una factura de 2.500 euros por la publicidad.

El ‘youtuber’ tenía alrededor de 35.500 suscriptores en YouTube. Decidió comer gratis en el bar A Tapa do Barril de Vigo, mientras presumía ante sus seguidores de que podía hacerlo debido a su popularidad. Dio con una empleada, a la cual, además de llamarle por un nombre que no es el suyo, le obliga a abonar los 2,30 euros de la empanadilla que acababa de comerse.

“Pues bien, ahora tenemos un problema. Entonces tengo que cobrarte esta promoción que te acabo de hacer. Va a salir un poco más caro”, le dice Escalona antes de pedir hablar con el encargado. En concreto, 2.500 euros, al parecer. “Voy mostrando lugares y promocionándolos. No te voy a pagar 2€ por esto”, dice Escalona en el vídeo.

Las disculpas de Escalona ante el aluvión de críticas

Finalmente, Escalona decide pagar, aunque lo hace de malas maneras. La camarera le dice que ella solo es una empleada, no el jefe, además de reprocharle las amenazas y el mal comportamiento que estaba teniendo en aquel momento.

Escalona publicó un nuevo video en el que durante ocho minutos se muestra afligido y pide perdón a la trabajadora y a los propietarios del establecimiento gallego, al tiempo que asegura que está sufriendo un “vendaval de odio”. “Creo que España tiene un problema muy grave, que lo único que nos une es el odio”, señalaba relatando las consecuencias negativas que le ha acarreado la publicación viral.

Ninguno de estos videos aparece ya en YouTube, ya que la plataforma ha cancelado el canal de Escalona. Además, los propietarios del restaurante A Tapa do Barril, un negocio familiar con más de 50 años famoso por sus empanadillas, ha decidido denunciar al youtuber.

La gerente del local asegura a Espejo Público que son “un negocio pequeño, familiar y los 4.000 seguidores que teníamos no eran comprados. Me conocen desde que llevo trabajando desde los 15 años. La gente se volcó muchísimo y se montó una bola de nieve que en la vida pensé que fuera a ocurrir”.

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