Connect with us

Deportes

El Barça vuelve a chocar con la realidad

El Barça empezó con los mismos colapsos y la poca luz de los últimos años en la búsqueda de soluciones. Es pronto para hacer grandes balances pero hay una historia que se repite pese a los distintos e ilusionantes fichajes que tantas veces se anunciaron las pasadas temporadas. Un día tendríamos que explicar qué significa esto de «ilusionante» y por qué la afición azulgrana se ilusiona tanto cuando los resultados desmienten una y otra vez a este club que no levanta cabeza desde que se ha acostumbrado a vivir, primero con Bartomeu y ahora con Laporta, en el abordaje pirata y en el salto de mata. El partido enseguida se jugó al ritmo del Rayo, muy serio y competente, y sólo Dembélé en su locura y falta de método ofrecía algo distinto, aunque escaso. En el 35 Pedri chutó fuerte pero un poco desviado. Lewandowski lo continuaba intentando todo sin conseguir nada. La sensación es que el equipo no tiene bien tomadas las medidas del delantero polaco -le centran demasiado alto o demasiado bajo- y si a esto le añades su trayectoria gafe desde que ha llegado a Barcelona, todo resulta bastante desesperante. Los asistentes al Camp Nou se comportaban como una afición menor, pitando las pequeñas pérdidas de tiempo del portero contrario. Todo sabía a impotencia, a infortunio, a lo que creíamos que esta vez saldría bien pero volvía a transitar por los derroteros habituales. El Barça quería pero no podía. No se le podía reprochar falta de actitud, lo que dice en favor de la nobleza de los jugadores; pero lo que se les puede criticar es más preocupante porque tiene que ver con su incapacidad como grupo.

El ambiente de una cierta euforia que Laporta ha creado alrededor de lo que por fin se puede considerar el primer proyecto deportivo de su segunda presidencia, no guarda proporción ni con lo visto durante la pretemporada ni ayer en el estreno liguero, por lo menos durante la primera parte. Un equipo flojo, sin ritmo competitivo, sin las ideas claras, blando en defensa, neutralizado por un Rayo muy bien entrenado por Andoni Iraola, pero que con todo el respeto del mundo, no tiene unos jugadores ni unas pretensiones que puedan comprarse con este Barcelona que tenía que deslumbrar al mundo y que no perdía de milagro, Ter Stegen mediante. Araujo de lateral derecho es un desastre. No creo que sea tan difícil darse cuenta.

Decepcionante el equipo, el entrenador y unos hinchas francamente quejicas y baratos que confirman la sensación de que ni sabemos qué hacer ni cómo intentar algo que nos rescate. Precipitación, poca calma, una falsa verticalidad que no era tal sino poco sentido de las cosas. Era como si nos quisiéramos parecer al Liverpool. ¿Es lo que quiere Xavi? Eso parece muy apoyado en sus extremos. ¿Dónde queda entonces el famoso estilo de Pep y Cruyff? Ayer costaba hallar su rastro. Una cosa es comprar una gran plantilla y la otra saber tejer un equipo rodado, que funcione, que tenga algo que decir y sepa cómo. Mucha iniciativa, poca reflexión. Mucha electricidad, pero más cortocircuito que luz.

La segunda mitad empezó torpe y con el triste horizonte que dibujaba Xavi poniendo a calentar a Sergi Roberto, a Frenkie de Jong y a Ansu. Si esto es lo «ilusionante» supongo que es que estamos pensando en jugar la Europa League y gracias. Poco a poco lo gris se volvía más gris y con el Barça sin ser capaz de hacer ni lo que hizo medianamente bien antes del descanso. Sin ritmo, y sin personalidad, el Rayo lo tuvo todo para marcar pero entre Eric y Christensen neutralizaron el peligro. Las dos más claras del partido, visitantes. Lewandowski en su escalada gafe no sólo no marcaba sino que estorbó en el área pequeña evitando un gol de su equipo. Realmente curioso lo de este señor, al que a partir de ya le voy a ir recomendando mis restaurantes para por lo menos se entretenga con alto mientras dura su estancia en mi ciudad.

Alba levemente pitado, no es la primera vez. El Rayo hacía lo imposible porque no pasara nada. El Barça se revolvía sin gracia pero acercándose algo más al área rival. Xavi hizo realidad su triple cambio y los tres que calentaban entraron por Christensen, Raphinha y Gavi. Muy valiente el Rayo, miraba de frente al partido. Dimitrievski, el más pitado, salvó a su equipo con un par de buenas intervenciones. Impreciso el Barça, mediocre, apagado. Hacen el ridículo sus palmeros cuando fantasean que «tenemos equipo para ganar la Champions».

Fuente

Advertisement
Advertisement

Nacional

Más

Populares