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Las caras ganadas y perdidas de la Liga

Esta noche en El Sadar, con el Osasuna-Sevilla (21.00h, Movistar LaLiga), da comienzo la competición liguera más extraña de los últimos tiempos. Un Mundial que frena la Liga en noviembre y un calendario colapsado de principio a fin así lo atestiguan. Asimismo, entre las rarezas de este nuevo fútbol, en especial salta a la vista la atípica ventana estival de traspasos de un torneo que perdió hace años el predominio económico frente a las fortunas británicas. La peculiaridad de este fenómeno reside en una anomalía particular: mientras que la Premier League ya ha invertido 1.474 millones de euros en fichajes, la Serie A 600 y en España solamente 410, el Barcelona se está encargando de adquirir el talento más lujoso del mercado para volver a ser un equipo relevante en el continente.

Así, los de Laporta, Mateu y compañía son tras el Chelsea el club que más ha invertido en fichajes (153 millones de euros) en el mundo. Obviamente, esto no repercute en el paradigma del equipo medio español cuyas cuentas tiemblan al son que avanza hacia un escenario progresivamente más desigual que antaño.

De momento, la competición es aguantada por el campeón de todo, el Real Madrid; el saneado Atlético tras la prolongada estancia de Simeone; un Barcelona en vías de recuperación y un puñado de equipos que, pese a tener menos recursos que sus homólogos europeos, siguen imponiendo su yugo al máximo nivel continental (sirvan de ejemplo clubes como el Sevilla o el Villarreal). Pero, los números no mienten y la brecha monetaria comienza a ser alargada en relación a ligas foráneas. Y, por tanto, los jugadores más cotizados del planeta, a excepción de nuestros tres grandes, se decantan desde hace años por los focos del fútbol anglosajón.

Sea como fuere, a pesar de la avería monetaria, la Liga sigue siendo uno de los productos más atractivos del panorama deportivo mundial. Y con la llegada de hombres como Lewandowski, Raphinha o Tchouaméni, el encanto se acentúa.

Las delicias del Barcelona

Entre todas las nuevas incorporaciones de los de Xavi Hernández, sin duda Robert Lewandowski es el hombre que más ilusiona a la Ciudad Condal. Llega al Camp Nou un delantero de época, un delantero que tras años de goles y éxito en Múnich sumando Bundesligas, Champions y palizas continentales al mismo Barça, aún tiene la capacidad de competir de tú a tú con Benzema por el mérito de ser el mejor jugador de la competición. Tiene 33 años y quizá sus mejores años ya pasaron, pero su nivel físico y deportivo en las últimas temporadas en el Bayern fue óptimo. De hecho, el polaco debutará mañana bajo el calor de su público ante al Rayo Vallecano.

Otro nombre que genera sonrisas en la afición barcelonista es el de Raphinha. El Barça pagó 58 millones de euros al Leeds, un equipo que luchó por no descender a la Championship en el pasado curso, por el habilidoso extremo brasileño. El desorbitado precio y lo desconocido de su apellido generaron cierta animadversión entre la hinchada, pero, tras su gran encuentro ante el Real Madrid en pretemporada, las dudas se disiparon. Con él, la Liga recibe a un regateador nato, un futbolista de la estirpe de los Robinho o Denilson; jugadores que, salvo excepciones como Vinicius o Rodrygo, dejaron de existir hace años.

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Sin embargo, al margen de los fuegos artificiales en la parcela ofensiva, quizá el de Koundé sea el fichaje más importante del club catalán. El galo, que demostró ser un central de élite en Sevilla, es un soplo de aire fresco para una defensa debilitada por el paso del tiempo y los descalabros en Europa. Junto a Araújo, la mejor noticia defensiva del club en los últimos tiempos, y Christensen, fichado a coste cero al finalizar su contrato en el Chelsea de Tuchel donde fue importante, el Barça ha reconstruido su zaga. El papel de Piqué, una incógnita.

Además, el Barcelona se ha hecho con Kessie, un mediocampista dotado de clase que fue imprescindible en el Scudetto del Milan del curso pasado. Así, mientras aún suenan los nombres de Bernardo Silva y Marcos Alonso para apuntalar una plantilla temible, el renovado Barcelona parecer recuperar su impronta.

En contraposición, en la capital reina la austeridad. Tanto Real Madrid como Atlético no han hecho grandes desembolsos, pero sus fichajes, sutiles, mejoran dos plantillas de primer nivel.

La capital blinda su defensa

Después del decepcionante no de Mbappé, el Real Madrid no perdió los estribos y equilibró aún más si cabe su equipo. Así, llegó Aurélien Tchouaméni por 80 millones de euros procedente del Mónaco para blindar el pivote defensivo. El joven francés de 22 años, un talento refutado tanto en la Ligue 1 como en la selección gala, parte a priori como suplente de Casemiro, aunque su nombre, como el de Camavinga, será relevante en los planes de Ancelotti.

Suerte similar corre Antonio Rudiger. Vital en el Chelsea campeón de Champions League, el nuevo fichaje del Real Madrid salió desde el banquillo (para suplir a Carvajal en el lateral diestro) en la reciente Supercopa de Europa ante el Eintracht. El Madrid ganó y el binomio defensivo formado por Militao y Alaba volvió a brillar; la titularidad en la zaga blanca está carísima.

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Por su parte, el Atlético de Madrid también ha reforzado su retaguardia, el talón de Aquiles de los de Simeone en el pasado curso. Porque, aunque ha llegado Axel Witsel (a coste cero tras desvincularse del Borussia de Dortmund) y su posición natural reside en el medio del campo, Simeone ha utilizado al polivalente jugador belga de central en defensa de cinco. De hecho, el buen rendimiento del veterano Witsel hace previsible que sea titular como defensor ante el Getafe en el Coliseum. Asimismo, el refuerzo que más añoraba el Cholo era el de un carrilero izquierdo, una posición huérfana tras la marcha de Trippier al Newcastle en el pasado mes de enero. En consecuencia, tras abonar 20 millones de euros al Udinese, Nahuel Molina tapa un hueco clave. Un vendaval ofensivo que despuntó en el Calcio, un fijo en la Argentina de Scaloni, correrá la banda del metropolitano.

Mención aparte merece uno de los fichajes del verano en la Liga. Los rumores se hicieron realidad y el Sevilla consiguió hacerse con los servicios de Isco. Al acabar su contrato con el Real Madrid y tras varios años sin protagonismo en el club blanco, el malagueño busca una nueva oportunidad en Nervión. Sobrado de clase, si consigue un buen estado de forma podría volver a ser aquel jugador que fue, un chico capaz de levantar al personal de la butaca con su categoría. Quiere jugar el Mundial y bajo el abrigo de Lopetegui, un entrenador afín a sus características, tendrá minutos.

Los que se fueron

Aunque aún falta más de medio mes para el cierre del mercado veraniego, no está siendo un estío de éxodo en la Liga. La baja más sonrojante quizá sea la de Gonçalo Guedes al Wolverhampton inglés a cambio de 33 millones de euros porque el Valencia de Lim continúa su particular purga. Por otro lado, los talentos que inevitablemente han abandonado el fútbol español son diversos: mientras que la Premier League vuelve a pescar en la Liga (Diego Carlos y Coutinho al Aston Villa; Lenglet al Tottenham), Gareth Bale y Riqui Puig prueban fortuna en la MLS, Luuk de Jong regresa al PSV, Mathias Oliveira ficha por el Nápoles y el futuro del excapitán del Real Madrid Marcelo, a 12 de agosto, sigue estando en el aire.

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