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Internacional

Ximo Rovira, de romper audímetros con ‘Tómbola’ a ser rechazado por la televisión pública valenciana

Canal 9 cruzó con Tómbola todas las líneas rojas en busca de un espectáculo que otras autonómicas quisieron y que, tras siete años en antena, ya había saltado en otros formatos a la televisión nacional. Fue el reflejo de los excesos que acabaron matando a la cadena pública valenciana en 2013, aunque este espacio de entrevistas a personajes conocidos le reportó beneficios millonarios al ente que terminaría fundiéndose a negro ahogado por las deudas.

El mito -y la fábrica de hacer dinero- nació en su primera emisión, en marzo de 1997, en el momento en el que Chábeli Iglesias se levantó de aquel sofá en forma de labios al grito de «Esta gente son gentuza». Los famosos veían como su caché se disparaba si se enfrentaban a las afiladas preguntas de Karmele Marchante, Lydia Lozano o Jesús Mariñas. Tómbola fue el pecado original que llegó a congregar al 40% de la audiencia delante del televisor. El ejemplo de todo lo que no debe hacer una televisión pública. Y hay quien todavía hoy sigue pagando penitencia. Al menos, así se ha demostrado en los últimos días.

La productora València Imagina Televisió -filial de Mediapro- había propuesto a Ximo Rovira -el presentador al que Tómbola lanzó a la fama- volver a la cadena pública valenciana -rebautizada en 2018 como À Punt– para ponerse al frente de Atrapa’m si pots (Atrápame si puedes), un concurso adaptado por distintas autonómicas que empezó conduciendo el cómico Eugeni Alemany y pasó el año pasado a manos de Carolina Ferre. Dos estrellas queridas por el público que, de momento, tampoco tienen hueco en la parrilla, más allá de las reposiciones.

La bajada de audiencia del programa tras pasar de la sobremesa a la franja matinal llevó a sus responsables a proponer con éxito a la dirección del ente la vuelta de una de las figuras más conocidas de la extinta Canal 9. Ximo Rovira aceptó el encargo, pero el Consejo Rector de la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació (CVMC) ha frenado el regreso del presentador a la que fue su casa.


Imagen de archivo del periodista Ximo Rovira durante su etapa al frente de Tómbola en Canal 9


ABC

La renovación del programa con Rovira al frente no salió adelante la semana pasada con los votos en contra de cinco de los nueve miembros -elegidos por los grupos políticos en las Cortes Valencianas- de este órgano, presidido en funciones por Mar Iglesias, que vela por cumplir los objetivos del ente. Días después, sí que se aprobó grabar una nueva tanda de programas con otra cara conocida por los valencianos, el cómico Óscar Tramoyeres.

Pese a que cuatro consejeros consideraban que Rovira podía subir la audiencia del concurso y del canal, el resto coincidió en la necesidad de apostar por caras nuevas. Fuentes de la CVMC rechazan que se trate de un veto a su persona y señalan a ABC que «nadie ha dudado de su profesionalidad», pero el Consejo Rector entendió que su fichaje podría ser «contraproducente» al «apostar por una cara que está en la memoria audiovisual valenciana tan vinculada a la telebasura y al pasado de Canal 9».

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El regreso del de Gandía -compaginable con su labor de presentador de distintos formatos en Levante TV- «podría perjudicar la imagen de la cadena y sería dar un paso atrás» por «lo que simboliza», puesto que «los presentadores de À Punt son la imagen de la casa».

«Es la primera vez que me pasa»

Un golpe que Ximo Rovira ha encajado con deportividad, pero con mucha «tristeza» y «decepción». Él mismo rechaza hablar de veto, puesto que la decisión se ha tomado «de forma democrática en un órgano legítimo», pero -en conversación con este periódico- no esconde su malestar por verse «señalado».

Considera que su trayectoria profesional va mucho más allá del programa que le hizo conectar con la audiencia. De hecho, no ha dejado de trabajar desde entonces. Cuando Tómbola se canceló en 2004, siguió desfilando por las parrillas de Canal 9, Antena 3 o algunas emisoras de radio hasta llegar a Levante TV. «No me ha inhabilitado para trabajar, he seguido mi carrera sin problemas», comenta.

«Me excluyen de la que ha sido mi casa durante mucho tiempo por prejuicios y criterios que considero que no son profesionales, pese a que la propuesta estaba avalada por todos los departamentos de la productora y la cadena. Si dicen que soy un excelente profesional, ¿en base a qué argumentos me excluyen?», se cuestiona.


Imagen de archivo del presentador Ximo Rovira en un plató de televisión


MIKEL PONCE

A sus 61 años, el periodista lamenta que se le cierren las puertas de À Punt. «No se trata de este programa en concreto. El problema es Ximo Rovira. Es la primera vez que me pasa. Si el responsable de un programa me dice “no encajas” o “hasta aquí hemos llegado”, y me da argumentos, yo me voy a mi casa sin problemas», ejemplifica ante el «profundo desacuerdo» con la decisión del Consejo Rector de la corporación.

«Se habla de mi hipoteca reputacional por un programa que presenté hace veinte años, pero no de la idoneidad y de mis habilidades para que presente este concurso», incide.

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«Tómbola no debería estar en una televisión pública. Lo estuvo en una época determinada» que no puede mirarse con los ojos de ahora, pero «creo que no hice nada malo haciendo un programa de entretenimiento que tuvo mucho éxito». En cualquier caso, recuerda, «no lo hacía yo solo».

«Espero ser el único profesional del panorama mediático valenciano al que se le pone una marca. Me duele mucho considerar que estoy habilitado profesionalmente después de 38 años de trayectoria para presentar un programa en la televisión autonómica de mi tierra, pero cinco personas consideren que no merezco trabajar en la cadena pública», explica.

La polémica llega al Parlamento

La polémica saltó pronto a los medios y a las redes sociales, donde muchos usuarios han expresado su malestar por el trato a una figura muy querida por la audiencia valenciana. Ha llegado, incluso, a las Cortes Valencianas: Ciudadanos ha pedido la comparecencia de Mar Iglesias en sede parlamentaria para explicar lo ocurrido.

«El Consejo Rector no está para elegir a los presentadores del programa, el todo caso para hacer un análisis y evaluación posterior. Ximo Rovira es un profesional y no hay ninguna justificación ni para su veto ni para la de ningún otro profesional. En un momento de cierta tranquilidad el Consejo Rector se mete en un jardín demostrando el sectarismo de algunos de los que lo forman«, ha asegurado el diputado de la formación naranja, Fernando Llopis.

Fuente

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