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Opinión

Sobre el PACIC y la aritmética

Para que este programa sea considerado exitoso debería observarse una contención en la evolución del nivel de precios de los 24 productos de primera necesidad (canasta básica Profeco) considerados en el PACIC. Hasta la primera quincena de julio no se ha observado una contención significativa en la evolución de los precios de estos artículos. De manera más general, la inflación en alimentos pasó de ser del 13.72% en abril de 2022 -previo al anuncio del PACIC- a 15.22% en la primera semana de julio.

Cuando se habla de evaluación de programas es importante considerar, además, un escenario contrafactual. En este caso, el escenario contrafactual se configura a través de la siguiente pregunta: ¿cuál sería la inflación observada en ausencia del PACIC? Al momento de anunciar el PACIC, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) adelantaba que sin la estabilización del precio de la gasolina a partir del IEPS y los estímulos adicionales la inflación en la primera quincena de abril habría sido 10.0% y no 7.7%, como resultó en ese entonces.

Me parece de gran importancia señalar que esta contención en la inflación señalada por la SHCP se debe al impacto directo -aritmético- de la estabilización del precio de la gasolina en el componente no subyacente de la inflación. Es claro que en ausencia de estos estímulos la inflación sería mayor a la que hemos venido observado, lo que no es claro es, por una parte, si estos estímulos y el resto de estrategias en el PACIC han tenido un impacto de segundo orden – no directo- en la inflación observada, en específico en la inflación de alimentos y, por otra parte, si el PACIC en general es una estrategia costo-efectiva.

Sobre el impacto en la inflación de alimentos, además del incremento en puntos porcentuales previamente señalado, la incidencia de los alimentos en la inflación general también ha incrementado en el periodo de referencia.

Sobre si el PACIC es una estrategia costo efectiva, se necesita una discusión mucho más amplia sobre qué otras estrategias o programas se pudieron haber implementado para contrarrestar el incremento generalizado en los precios de los alimentos, o para contener la caída del poder adquisitivo, en específico el de los hogares de menores ingresos, donde una mayor proporción del ingreso disponible está destinada al consumo de la canasta básica alimentaria.

En términos presupuestales, los recursos destinados al PACIC se concentran principalmente en el subsidio a las gasolinas, que si bien tiene un impacto en la inflación general observada, no existe evidencia que tengan un impacto en la contención del precio de los alimentos.

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Además, el PACIC está configurado como un plan de corto plazo que no ofrece soluciones a fallas estructurales en la configuración de precios en los mercados del país, como el vínculo del crimen organizado con el sistema alimentario o la presencia de poder de mercado de las empresas.

El Grupo de Trabajo sobre Violencia y Alimentación de la Red Latinoamericana de Alimentación, Cultura y Sociedad ha señalado el incremento de los vínculos del crimen organizado con el sistema alimentario, con prácticas como extorsión a productores de alimentos específicos, cobro de derecho de piso a comerciantes, desplazamiento de mercancías, control de puntos de venta específicos, fijación arbitraria de los precios de los alimentos, entre otras.

En cuanto al poder de mercado de las empresas, es decir, su capacidad de fijar niveles de precios más elevados que los que habría en un ambiente competitivo, retomo los hallazgos de un estudio de COFECE sobre el impacto que tiene el poder de mercado en el bienestar de los hogares mexicanos.

En el estudio se encuentra que los hogares mexicanos pagan en promedio un sobreprecio de 98.23% por la existencia de poder de mercado, lo cual representa una pérdida de bienestar en los hogares mexicanos de 15.7% de su ingreso en promedio, con efectos regresivos, al disminuir el presupuesto de los hogares más pobres en 30.9%.

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Corregir estas dos fallas estructurales implica un reto mucho mayor, en términos presupuestales y de implementación que la decisión cortoplacista de topar el precio de la gasolina a partir de recursos públicos, donde nunca está de más recordar que el subsidió a la gasolina beneficia más a los hogares de mayores ingresos. ¿Será que el bienestar de los mexicanos siempre tiene que estar supeditado a la reputación en el corto plazo del presidente en turno?

Nota del editor. Axel Eduardo González (@AxelEduardoGG) es investigador en México, ¿cómo vamos? Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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