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Opinión

Las bocas calladas

Rescate de Pemex

De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad, Pemex enfrentará mayores pérdidas tras la puesta en marcha de la refinería de Dos Bocas. La subsidiaria de Pemex encargada de refinación y petroquímicos registra pérdidas por 1.28 billones de pesos entre 2011 y 2021. Tan sólo el último año, las pérdidas fueron 219,000 millones de pesos. La recién inaugurada refinería carece de cambios sustantivos a la subsidiaria de Pemex que le abonen competitividad. Además, difícilmente será acreedora de créditos al arrastrar tantas cifras operativas negativas.

Pemex es una empresa productiva del Estado, por lo que los gastos acumulados no serán subsanados con recursos propios, sino por aportaciones del gobierno federal. A su vez, éstas emanan directamente de los bolsillos de nosotros los ciudadanos. Entre enero de 2019, un mes después de que iniciara la llamada cuarta transformación, y marzo de 2022, la Secretaría de Energía otorgó a Pemex 552,000 millones de pesos, de los cuales el 30% se destinó a la construcción de la nueva refinería.

Rentabilidad de la refinería

En cuanto a la rentabilidad del proyecto, no hubo una valoración acertada sobre cuánto tiempo tardarán los beneficios en superar los costos. El presidente había prometido que costaría 8,000 millones de dólares. Es un hecho que no se cumplirá con el valor presupuestado, las voces más prudentes -como la del mismo presidente- estiman que el sobrecosto será de 40%, con un costo final rebasará los 13,000 millones de dólares (mdd); por su parte, algunas firmas especializadas señalan que el valor final de estas dos bocas hambrientas y silentes podría alcanzar los 18,000 mdd. Lo más grave es la opacidad para acceder a esta información. Ningún ciudadano, fuera del gobierno, puede conocer con detalles las finanzas públicas relacionadas con Dos Bocas.

Autosuficiencia de combustible

La autosuficiencia de combustible tampoco será viable. En 2020, México se posicionaba como el cuarto consumidor per cápita de gasolina. Una refinería no será suficiente para dejar de importar petrolíferos refinados. Si se maximiza la capacidad de Olmeca, podría producir 170,000 barriles de gasolina, de acuerdo con estimaciones de expertos. Al sumarlo a lo que ya producen las otras seis refinerías que operan en México y los 110,000 barriles diarios de Deer Park, Pemex todavía requeriría de 200,000 barriles diarios para cubrir la demanda nacional actual, de acuerdo con datos de SENER.

Medio ambiente

Ante el inevitable viraje global a las energías renovables, las empresas petroleras replantean el modelo de negocio del crudo. Organismos internacionales estiman que las refinerías globales invertirán 150,000 mdd en medidas de descarbonización en las próximas tres décadas. En los primeros tres años de este gobierno, Pemex ha duplicado sus emisiones contaminantes. Las tendencias internacionales y el cambio climático nos obligarán a optar por la sustentabilidad. Conforme la demanda transite hacia nuevas tecnologías y fuentes de energía, los combustibles fósiles perderán valor, lo cual evidenciará que invertir hoy en una refinería no es la mejor decisión para el futuro.

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Hacia adelante

Por último, la refinería que López Obrador prometió terminar en cuatro años – sólo está “concluida” la primera fase — ya está inaugurada. La refinería ya está inaugurada. A pesar de lo descrito antes, lo más conveniente para nosotros, dado que ya se hicieron los gastos, es sacarle el mejor provecho y optimizarla.

El gobierno actual debe tener claro que una narrativa con una ideología cardenista no debe dictaminar la política energética. Las decisiones que se tomen deben apostar por lo que es mejor para la ciudadanía en términos de medio ambiente, costo y calidad de los recursos energéticos. Esperemos que, con la apertura de Dos Bocas, finalmente podamos escuchar lo que tienen qué decir tras años de murmullos silenciados.

Nota del editor: Antonio Michel estudió Relaciones Internacionales en el ITAM, donde es profesor, y tiene una Maestría en Administración Pública por la Universidad de Maxwell. Trabajó casi 7 años en la Administración Pública Federal, en las secretarías de Relaciones Exteriores, Desarrollo Social, Energía y Gobernación. Su pasión son los asuntos internacionales, los asuntos políticos y la administración pública. Síguelo en Twitter y en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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