La esfera de lo indecidible

La esfera de lo indecidible es la auténtica institución y decisión política y jurídica fundamental que estamos conformando y debemos defender las y los mexicanos en estos años de transformación de la vida pública.

Es, en términos simples, el núcleo esencial en que se asienta el estado de derecho porque así lo cree la mayoría en una sociedad democrática.

En la esfera de lo no decidible habitan los derechos básicos heredados y progresivamente extendidos y garantizados de generación en generación desde que somos nación y estado.

Se trata de los derechos civiles y políticos, a la identidad y la autonomía de la voluntad, y a la participación en las decisiones de gobierno para proteger la dignidad humana.

La esfera de lo indecidible o de lo intocable está reconocida en el artículo 29 de la Constitución: en ninguna circunstancia, por grave que sea, seŕa legítimo suspender los derechos a la vida, las elecciones o el debido proceso, pues se atentaría en contra de la dignidad.

La esfera de lo indecidible está sustraída de las decisiones políticas de la mayoría legislativa coyuntural que gana las elecciones, ciertamente, pero, en casos excepcionales, tiene que flexibilizarse ante el imperativo de lo decidible.

Lo decidible no son los derechos individuales si no los derechos sociales, económicos, culturales o ambientales individuales, o bien, de grupo o colectividad.

Significa que cuando estos últimos son reducidos o violentados al máximo entonces la esfera de lo indecidible entra en grave crisis.

De que sirve tener derechos fundamentales individuales puestos en la Constitución, los convenios internacionales y las leyes, amparados por la justicia, si no se pueden gozar porque la mayoría social y ciudadana está postrada e irritada y reacciona violentamente o hasta se inclina ante la ilicitud dada la desigualdad real.

Es en esa condición en la que los poderes públicos, privados y sociales deben reivindicar la esfera de lo decidible pues de otra forma los derechos individuales o el círculo de lo no decidible se degrada y autodestruye

La ciencia y arte del gobierno consiste en equilibrar las dos dimensiones.

Sin una esfera de lo decidible, sana y nutricia: mínimo vital, alimentos, salud, vivienda, educación, trabajo y salario decorosos, bienestar, ambiente, paridad e inclusión, el ámbito de lo intocable –los derechos civiles y políticos– terminan por negarse a sí mismos.

Mientras el terreno de lo decidible no forme parte del mundo de lo no decidible, no habrá convivencia pacífica.

Estas reflexiones las provoca la re-lectura de la filosofía jurídica de un sencillo gigante italiano universal.

Larga vida a Luigi Ferrajoli, teórico del derecho y la democracia, filósofo y humanista,, quien nos provoca a entender que sin igualdad no es posible la libertad y la justicia.

No es y no será garantizable, de manera efectiva, la esfera de lo indecidible.

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