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Prisión sin fianza para el presunto autor del tiroteo mortal en Santovenia de Pisuerga

Valladolid Actualizado: Guardar

Prisión sin fianza para Pablo S, alias ‘Chiqui’, el autor del tiroteo mortal registrado en la madrugada del jueves al viernes en la localidad vallisoletana de Santovenia de Pisuerga y que se saldó con la muerte de otro varón por un disparo con un rifle y el teniente coronel de la Guardia Civil Pablo Alfonso Casado ingresado en estado crítico en la UCI del Hospital Clínico de Valladolid tras recibir también un impacto con arma de fuego en la cabeza.

Menos de un día después de ser detenido sobre las 14.00 horas del viernes tras una larga negociación que lo llevó a entregarse, tras más de doce horas atrincherado con un rehén a modo de escudo, la Guardia Civil decidió la puesta a disposición judicial de Chiqui en la mañana de este sábado.

Sin embargo, el interrogatorio por parte del juez no ha podido ser rápido. El presunto autor del reguero de sangre dejado en Santovenia de Pisuerga, ha tenido que ser trasladado al hospital. Y es que cuando ya estaba en los juzgados a los que había sido derivado por la mañana por parte de la Benemérita, ha requerido ser derivado al hospital, por lo que el Juzgado de Instrucción numero 4 de Valladolid, en funciones de guardia, acordó la prórroga de la detención de ‘Chiqui’.

De regreso a los juzgados, ha ordenado a última hora de este sábado su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza para Pablo S., contra quien están abiertas causas por homicidio y/asesinato tras la muertre violenta de un vecino, atentado -un agente de la Guardia Civil está gravemente herido-, detención ilegal y tenencia ilícita de armas, según han informado desde el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL).

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Una riña, el origen

Los luctosos hechos que mantienen todavía en vilo a Santovenia de Pisuerga, a menos de diez kilómetros de la capital, comenzarno sobre las 1.45 de la madrugada, aunque el origen es anterior. Chiqui y el fallecido, Dioniosio, de 45 años, habían sido amigos «de toda la vida», sin embargo, desde hace un tiempo la relación entre ambas familias se había enturbiado, hasta que este jueves la cosa pasó a mayores. Todo comenzó con la acusación por parte del supuesto asesino de que los hijos de la víctima habían pinchado las ruedas de su coche. De ahí, a la discusión entre ambas esposas y después las pelea entre sendas familias –«seis contra dos», según el entorno del fallecido y «doce», según fuentes oficiales– que acabó con Dionisio y su mujer en el hospital. A su regreso a casa acompañado de uno de los hijos –mientras la mujer seguía en el centro sanitario–, al parecer, de acuerdo a su relato, Chiqui salió al rellano del bajo en el que vivía en el número 8 de la calle Alfredo Martín –edificio con numerosos okupas– y descerrajó un tiro a bocajarro en el estómago a quien fuera su amigo.

Murió prácticamente en el acto. Él se atrincheró con al menos un rehén a modo de escudo –el novio de una de sus hijas, a quien había hecho irse del pueblo junto a su mujer la noche de autos– y ahí permaneció durante más de doce horas en una difícil negociación, en la que un guardia civil, el teniente coronel Pedro Alfonso Casado, al frente de la Unidad Especial de Intevención, resultó herido de gravedad con un disparo en la cabeza y continúa en estado crítico.

En el entorno, los familiares y amigos de la víctima, cuyos ánimos se fueron caldeando con el paso de las horas. Y fueron a más cuando vieron cómo los vehículos del amplio dispositivo desplegado por la Guardia Civil comenzaban a moverse. «¿¡Y que se lo lleven vivo!?», el grito de lamento, crítica y amenaza también directa: «¡Más vale que protejan a sus hijas porque van a morir».

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