Los personajes históricos reales no son una mera anécdota en Peaky Blinders, por mucho que la serie de Netflix sea una historia ficticia. La banda criminal en torno a la que giran las tramas existió en la vida real a principios del siglo XX en Birmingham -aunque ni estaba liderada por Tommy Shelby (Cillian Murphy), ni su historia es la que cuenta la serie de la BBC- y otros personajes, como el interpretado por Tom Hardy Alfie Solomons, también surgen de individuos poco conocidos pero documentados de aquella época.
La archiexitosa serie británica, que en España triunfa de la mano de Netflix, comienza su relato en los años 20, tras la Primera Guerra Mundial, así que no es de extrañar que en ella se presenten escenarios políticos y sociales reales con los que estamos familiarizados y de los que, por supuesto, también forman parte gente con poder y otras personalidades de la época.
A medida que avanza la serie, el paso del tiempo en su contexto histórico, político y social también se ve reflejado en sus tramas, pero el eje central y sus personajes fueron principalmente ficticios hasta que, en la quinta temporada, Oswald Mosley, se convirtió en el último villano en enfrentarse al clan Shelby. A diferencia de los adversarios anteriores, Mosley, al que interpreta Sam Claflin en la serie, se trata de una figura histórica real.
¿Quién fue en la vida real Oswald Mosley y cómo terminó?
Nacido en una familia aristocrática en Londres en 1896, Oswald Mosley era baronet, un título nobiliario que concedía la Corona británica y que había heredado de su padre. Tras finalizar la Primera Guerra Mundial, durante la que había formado parte de un batallón de lanceros y había terminado herido, Mosley se interesó por la política y comenzó a moverse por las altas esferas. En 1918 consiguió rápidamente un escaño como miembro del Partido Conservador y, durante los años 20 siguió dedicando su vida a la política.
Apodado por algunos como “el Hitler Británico”, Mosley cambió varias veces de partido y finalmente se convirtió en líder de la Unión Británica de Fascistas (BUF) en los años 30. Un partido fascista que fundó él mismo tras conocer a Musolini y que consideró finalmente que era la mejor alternativa para su país. Sus actos estaban custodiados por un grupo de matones y no tardarían en producirse las primeras expresiones políticas violentas contra los judíos y los comunistas por las que Mosley y sus seguidores serían conocidos. El BUF incluía a simpatizantes de los nazis entre sus filas, aunque también parece que, a medida que el partido se inclinaba más hacia el antisemitismo, algunos miembros comenzaron a renunciar.
La historia real tras ‘Peaky Blinders’ que podría ser un problema en la temporada 6
De estrecha relación con Hitler, que hasta fue uno de los invitados a su boda, Mosley fue un colaborador necesario y habitual en la Alemania nazi, así que una vez comenzada la guerra estuvo entre los políticos fascistas británicos que Reino Unido encarceló bajo la regulación 18B que así lo permitía y su partido fue declarado ilegal.
Como en la serie, Mosley tenía ideas radicales sobre la raza y la inmigración que dejó claras en su libro Fascism: One Hundred Questions Asked And Answered y que hacen que su apodo le venga como anillo al dedo: “Hemos creado este Imperio sin mezcla de razas ni contaminación. Por razón del sentido social británico y del orgullo de la raza, se detendrá toda inmigración. Gran Bretaña para los británicos, es nuestro lema”, reza uno de sus pasajes.
En 1943, Mosley y su mujer fueron puestos en libertad bajo arresto domiciliario y, una vez terminada la guerra, Mosley quiso volver a la política fundando un nuevo partido político en el que abogaba por un único estado-nación para cubrir el continente europeo. El mal recibimiento le llevó a mudarse a Irlanda y luego a Francia, regresando a Reino Unido en 1959 de nuevo dispuesto a formar parte de la vida política del país e instaurar sus ideas fascistas. Tras su fracaso, volvió a París y allí murió en 1980 a la edad de 84 años.
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