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Los renglones torcidos de… una reforma electoral

Ah! ¡Qué terrible es el sino de los pobres locos, esos “renglones torcidos”, esos yerros, esas faltas de ortografía del Creador, como los llamaba “el Autor de la Teoría de los Nueve Mundos”, ignorante de que él era uno de los más torcidos de todos los renglones de la caligrafía divina!

Torcuato Luca De Tena, ‘Los renglones torcidos de Dios’

Ayer escribí sobre un nuevo modelo educativo lopezobradorista el cual, aunque con consecuencias previsiblemente desastrosas para la niñez y para México, resulta ya prácticamente inevitable se ponga en práctica. La reforma electoral propuesta por Andrés Manuel, en cambio, todavía puede —y debe— evitarse.

Y es que el inquilino de Palacio quiere volver a épocas cuando las elecciones se manejaban desde la Presidencia, algo así como cuando su hoy colaborador Manuel Bartlett alteró los resultados desde Bucareli.

Hoy, el gobierno conservador maquillado de izquierda quiere cercenar la cabeza del INE, terminar con el órgano constitucional autónomo y retomar el control de la organización y calificación de las elecciones. Convertir los designios rectos del INE en renglones torcidos del inicio de una dictadura.

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Naturalmente, la Cuarta Transformación no nos lo quiere “vender” así. Habla de designación de los consejeros electorales mediante voto popular. Mas no se necesita mucha ciencia —de esa que no gusta a María Elena Álvarez Buylla, directora del CONACYT— para saber como funcionaría eso y favor de cuál partido político…

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La iniciativa de López Obrador centraliza el poder, no lo federaliza; concentra el poder de los legisladores plurinominales a nivel de cada entidad, no los elimina como presume (¡al contrario!, elimina diputados de mayoría y los sustituye por plurinominales por cada estado de la república). Vaya, toda una propuesta para tener un congreso a modo.

Siempre me ha llamado la atención lo desagradecidos que son en Regeneración Nacional con la democracia, con los millones de ciudadanos que participaron voluntariamente en las casillas de votación y mismo con la gente que votó por ellos. Con todos quienes confían en una institución electoral que sobrevive a pesar de lo tan vapuleada que ha estado cortesía de López Obrador.

En ese sentido, la iniciativa de reforma electoral que propone el jefe del ejecutivo federal es instrumento de traición. (Utilizo con toda intención el sustantivo de moda del régimen para juzgar a sus adversarios.)

Por lo pronto, un ‘no pasará’ esa reforma es lo que se cree terminara sucediendo. El mandatario lo sabe; lo sabemos todos.

Entonces: la iniciativa enviada al Congreso de la Unión no pasará. Pero, a sabiendas de lo anterior, el mandatario ha decidido ponerla a consideración. ¿Por qué?

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Ufanarse de su claudicación, solo debería alertar a la ciudadanía en su conjunto. A estas alturas ya deberíamos saber que Andrés Manuel nunca pierde, por lo que mandar la iniciativa a votación tiene otros fines que no son su aprobación: un desgaste innecesario por parte de la oposición y el encarecimiento de la negativa legislativa. En otras palabras, que para cuando en el 2023 concluyan su periodo cuatro de los consejeros del INE (incluyendo a su presidente, Lorenzo Córdova Vianello), la oposición ya no tenga ni la energía ni el apoyo necesario para exigir que las vacantes sean llenadas de inmediato con consejeros autónomos, ajenos a las peticiones e intereses de la 4T.

Ya lo hemos atestiguado en otros órganos constitucionales autónomos; el “olvido” presidencial de nombrar nuevos consejeros, dejándoles estructuras mancas y casi inservibles. AMLO espera que el órgano esté tan debilitado, que con ley o sin ella, no pueda hacer frente a su última embestida. El INE quedará desvalido.

López Obrador utiliza su reforma para hacer ruido, para cansar a la oposición, para reiterar su discurso de odio, para tachar de traidores a quienes piensan diferente a él.

Con una treta adicional: en la iniciativa —más allá del discurso— solo se proponen cambios drásticos para el INE. Al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación no se le toca. ¿Será que su titular, Reyes Rodríguez Mondragón, no presenta un escollo formidable para el presidente AMLO? ¿O que quizá el Tribunal caiga una vez que el INE se vea desvalijado y desamparado?

Un ‘divide y vencerás’ región 4.

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Pablo Gómez, el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, el mismo que tergiversó lo escrito en la Constitución para amedrentar a todos quienes no votaron en la consulta de revocación de mandato, fue quien anunció la iniciativa. Eso es algo que no hay que perder de vista.

¿Se convertiría en el titular del nuevo instituto nacional de elecciones y consultas?, ¿amenazará a quienes alcen “la voz electoral” en contra del régimen?

El INE apuesta por la democracia, por la ciudadanía libre, por las elecciones imparciales y por un respeto irrestricto a la ley. Esas nociones no las comparte la 4T.

Por ello, en estos momentos, como mexicana comprometida con el país y su democracia, ser razonable se reduce a lo siguiente: (1) pugnar porque no se discuta un bodrio de iniciativa; que los legisladores de oposición se limiten a votar en contra. (2) Después de ello, continuar con la defensa del INE; quedan pocos recursos legales e institucionales, pero muchos de corte social para hacerlo. No por ello será tarea fácil.

Los renglones torcidos de la iniciativa de ley de AMLO permiten adivinar la verdadera naturaleza de la propuesta: anular en la práctica el papel de la institución en la que más confiamos los mexicanos.

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Es momento de comenzar a enderezar los renglones de una retorcida propuesta. La iniciativa no pasará, pero la defensa ciudadana apenas inicia. Es tarea de la gente asegurarse, en el momento del reemplazo de consejeros del INE, no permitir que el presidente y su movimiento impongan consejeros a modo.

Fuente

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Nacional

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