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Calviño asume un estancamiento de la economía en 2022 y deja su previsión de crecimiento en el 4,3%

Madrid Actualizado: Guardar

La realidad ha obligado al Gobierno a guardar el optimismo en el cajón y adecuar sus previsiones de crecimiento a un contexto económico que pinta cada vez más inquietante. Tras aguantar durante seis meses contra la opinión de la totalidad de los analistas y los organismos internacionales una previsión de crecimiento del 7% para 2022, el Gobierno ha recortado este viernes nada menos hasta el 4,3% su expectativa de crecimiento para este año.

La decisión no ha sido ajena al pésimo dato de crecimiento que el INE ha difundido esta misma mañana y que revela que la economía española creció un pírrico 0,3% en el primer trimestre del año, muy por debajo del 1% que preveía el consenso de los analistas y del 0,9% que avanzó el Banco de España.

El parón económico está siendo más intenso de lo esperado y eso ha obligado al Gobierno a abandonar el habitual optimismo que preside sus previsiones de crecimiento y situar su expectativa para 2022 incluso por debajo de las previsiones publicados por analistas (4,8%), FMI (4,8%) o Banco de España (4,5%).

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El tijeretazo propinado por el Gobierno a sus previsiones de crecimiento supone una asunción implícita de que la economía experimentará un estancamiento en 2022. El Banco de España reveló hace una semanas que aún en un contexto de crecimiento real nulo el PIB de 2022 crecería por encima del 3% por la propia inercia de la estadística que mide la evolución interanual de la economía. El primer trimestre del año ha dado una prueba de cómo opera la Contabilidad Nacional en este sentido, ya que con un crecimiento del 0,3% entre enero y marzo el dato interanual es de un crecimiento del 6,4%. Un crecimiento del 4,3% en este contexto supone un avance mínimo en todo el año.

La fotografía podría cambiar incluso a peor. El dato de avance del primer trimestre publicado este viernes por el INE se sostiene sobre todo en los datos de empleo -que llevan meses evolucionando mejor que la economía- y en la información disponible de enero y un poco de febrero, es decir, antes de la guerra. Según Gregorio Izquierdo, director general del Instituto de Estudios Económicos, “este avance es más contingente que nunca, en cuando a que de acuerdo a la información disponible en marzo hubo un deterioro adicional de los indicadores coyunturales y la mayor parte de la información que se incorpora por el INE a este dato es de marzo”.

Los escenarios que manejan los analistas apuntan a que en un escenario de persistencia de las tensiones inflacionistas el crecimiento podría caer incluso por debajo del 4%.

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El Gobierno espera que la economía crezca un 3,5% en 2023, un 2,4% en 2024 y un 1,8% en 2025, en línea con sus previsiones anteriores y con lo que ha expresado el Fondo Monetario Internacional, del que Nadia Calviño opera ahora como alta ejecutiva.

La vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, atribuyó este viernes ese ajuste de forma casi exclusiva al conflicto en Ucrania, pese a la evidencia de que la economía venía mostrando señales de fragilidad desde mucho antes, como revela la fuerte revisión a la baja del crecimiento de 2021 que se esperaba del 6,1% y fue finalmente del 5,1%.

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