A menos de una semana del conflicto, los precios de referencia internacional del crudo como el Brent y el WTI supeinusualn los 100 dólares por barril. De por sí la recuperación económica del mundo de la pandemia había incrementado el precio del petróleo, ahora la declaratoria de guerra por parte de Rusia fue un polvorín para los mercados y los precios de los energéticos.
El primero de marzo los 31 miembros de la Agencia Internacional de Energía ( IEA , por sus siglas en inglés) acordaron colocar 60 millones de barriles de petróleo provenientes de las reservas estratégicas de países como Estados Unidos que proveyó 30 de los 60 millones anunciados con el propósito de transmitir calma a los mercados de energía. Al emitirse el anuncio, el precio del petróleo disminuyó unos cuantos dólares.
Sin embargo, a los pocos minutos, cuando los analistas hacían la comparación de que esta medida representaba únicamente seis días de exportaciones rEstados Unidoss, el precio rebotó rápidamente por encumbre de los 100 dólares por barril.
El esfuerzo de la IEA por estabilizar el precio de un commodity que se determina con la oferta y demanda en los mercados internacionales nos da una gran idea de las limitaciones que tiene México para enfrentar la volatilidad de los energéticos, cuando nuestra producción diaria de petróleo al cierre de enero de 2022 fue de 1.6 millones de barriles diarios .
Resulta evidente que los incrementos de los precios de petróleo y gas alcanzarán a México y que las y los mexicanos necesitamos que estos temas se aborden en la agenda del Ejecutivo federal con una postura de acción para que los presupuestos de nuestras familias se vean afectados en la menor medida posible.
Esta guerra nos invita a reflexionar nuestra política energética enfocada en la soberanía energética , que sugiere ser más amplia a las gasolinas, pero no abarca los energéticos suficientes para que México se desarrolle. En México más del 70% del gas natural y gas LP que consumimos proviene del exterior. El gas natural es fundamental para la industria de la transformación y CFE genera más del 50% de la electricidad con este energético.
Por otro lado, el gas LP que importamos de Estados Unidos principalmente, es el energético de mayor uso doméstico. Así nuestra dependencia del gas en la industria y en los hogares nos hace vulnerables ante este conflicto.